Las pruebas caseras de VPH aumentan las tasas de detección del cáncer de cuello uterino

Un estudio reciente indica que muchas mujeres estarían dispuestas a realizarse una prueba de detección del VPH en casa y en privacidad.

La frecuencia de pruebas para detectar el cáncer de cuello uterino se duplicó cuando a las mujeres se les ofreció un kit para recolectar la muestra en casa y enviarla por correo, según reportaron los autores en la revista JAMA Internal Medicine del 6 de junio.

El Instituto Nacional del Cáncer señala que casi todos los casos de cáncer cervical están causados por el virus del papiloma humano (VPH).

Jane Montealegre, profesora asociada en ciencias conductuales en el MD Anderson Cancer Center de la Universidad de Texas en Houston y autora principal del estudio, comentó que estos resultados sugieren que la autorecolección puede ser una estrategia efectiva para ampliar el acceso a las pruebas y, con ello, disminuir la incidencia del cáncer de cuello uterino en Estados Unidos.

Cada año, aproximadamente 11,500 mujeres reciben diagnóstico de cáncer cervical, y más de la mitad de ellas nunca se han hecho la prueba de VPH o la han hecho de forma muy poco frecuente, según un editorial que acompaña el estudio.

Las pruebas realizadas en clínicas normalmente requieren un examen pélvico, lo que puede generar incomodidad o ansiedad en algunas mujeres, además de requerir tiempo y transporte para acudir al centro médico.

El mes pasado, la FDA aprobó la primera prueba casera para detectar el cáncer cervical, que pronto estará disponible para su uso clínico.

Para evaluar cómo funcionaría esta prueba en la práctica, los investigadores contactaron de forma aleatoria a casi 2,500 mujeres de 30 a 65 años en el área de Houston entre febrero de 2020 y agosto de 2023, usando tres métodos diferentes: recordatorios telefónicos para acudir a la clínica, envío de kits de autorecolección por correo, o envío de kits junto con llamadas de seguimiento para quienes no devolvían el kit a tiempo.

Los resultados mostraron que las mujeres tenían más del doble de probabilidades de hacerse la prueba cuando recibían el kit para realizarla en casa.

Cerca del 41 % de las mujeres que recibieron el kit participaron en la prueba, comparado con solo un 17 % de las que recibieron únicamente el recordatorio telefónico para ir a la clínica.

Además, cuando se añadió un seguimiento telefónico para quienes no devolvían el kit, la participación aumentó hasta un 47 %.

Más del 80 % de las mujeres en los grupos que recibieron el kit optaron por enviarlo para su análisis, mientras que el resto prefirió acudir a la clínica para hacerse la prueba tradicional.

De las muestras devueltas, aproximadamente un 13 % resultaron positivas para tipos de VPH de alto riesgo.

Montealegre destacó la importancia de recopilar más datos conforme estas pruebas caseras estén disponibles en EE. UU., para asegurar que se implementen adecuadamente, especialmente en clínicas y centros que atienden a poblaciones con mayores barreras de acceso.

“Al eliminar obstáculos, esperamos aumentar la aceptación de pruebas de detección basadas en evidencia y avanzar significativamente en la lucha contra esta enfermedad prevenible”, agregó.

Los investigadores planean ahora estudiar cómo integrar estas pruebas de autorecolección del VPH en diferentes entornos de atención primaria.

Por su parte, un equipo editorial liderado por la Dra. Eve Rittenberg del Hospital Brigham and Women’s en Boston señaló que la implementación de estas pruebas en el hogar representa un reto, especialmente para asegurar un seguimiento oportuno y adecuado de los resultados anormales y el tratamiento correspondiente.

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