Lluvias escasas en Zapalinamé afectan recarga de acuíferos
La zona aporta el 35% del agua para Saltillo, pero ha registrado solo 300 litros por metro cuadrado.

Saltillo, Coahuila, 19 de agosto de 2025.– Aunque las lluvias recientes han sido intensas en el norte y sur de la ciudad, en la Sierra de Zapalinamé las precipitaciones se han mantenido por debajo de lo habitual, informó el gerente de Aguas de Saltillo (Agsal), Iván Vicente García.
Explicó que esta zona es la principal proveedora de agua para la ciudad, con el 35% del caudal total que se inyecta a las redes de distribución. Sin embargo, hasta el momento se han registrado 300 litros de agua por metro cuadrado, una cifra menor en comparación con el promedio anual de entre 700 y 800 litros.
Zona estratégica para el abasto de Saltillo
El funcionario explicó que la Sierra de Zapalinamé cuenta con los principales pozos de suministro para la ciudad. De acuerdo con las estaciones meteorológicas de Agsal, esta área solía concentrar la mayor cantidad de lluvias anuales.
“La zona de Zapalinamé es donde ha llovido menos que el año pasado y eso es preocupante”, advirtió el gerente, al señalar que se mantienen niveles similares a los registrados en agosto de 2024, aunque se esperaba un incremento.
Mencionó que toda precipitación resulta útil, pero para lograr una recuperación aceptable de los acuíferos, se requieren al menos 600 litros por metro cuadrado al cierre del año.
Esperan recuperación con lluvias futuras
Pese al bajo nivel actual, Agsal mantiene la esperanza de que las lluvias continúen, para alcanzar una cifra más cercana al promedio necesario. “Se necesita más agua para la recarga de los acuíferos, esperamos que los próximos meses sean más favorables”, expresó.
En cuanto al acuífero Saltillo-Ramos Arizpe, el gerente aseguró que no se encuentra sobreexplotado, ya que cada litro extraído está registrado ante la Comisión Nacional del Agua (Conagua), que autoriza hasta 50 millones de metros cúbicos al año.
Finalmente, García destacó que la extracción de agua se encuentra regulada y bajo control técnico, conforme a las reglas establecidas. La vigilancia de las precipitaciones se mantiene activa para adaptar las estrategias de distribución según el comportamiento de las lluvias en las próximas semanas.
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