Locura final por Isak: ¡acuerdo por 150 millones!

Alexander Isak no volverá a vestir los colores del Newcastle. La afición de los 'magpies' lo ha señalado como el gran villano por su empeño en marcharse de St. James' Park, rechazando cualquier vínculo con quien, hasta hace poco, era considerado su máximo referente tras una campaña brillante que incluyó la final de la EFL Cup y la clasificación a la Champions League.

El delantero tomó la decisión de declararse en rebeldía, lo que llevó a Eddie Howe a apartarlo del grupo. Desde entonces, su paradero es incierto: pasó parte de la pretemporada en San Sebastián y lanzó un comunicado contundente en el que reafirmó su postura. Isak sabe que la relación con el Newcastle, equipo al que defendió durante tres temporadas, está rota y sin posibilidad de reconciliación. Apostó fuerte y su salida depende ahora de que alguien asuma su altísima tasación de 150 millones de libras (173 millones de euros).

Liverpool, al acecho
El conjunto de Anfield ya presentó una propuesta cercana a los 110 millones de libras (127 millones de euros), pero el Newcastle la rechazó de inmediato. En su momento, los 'reds' se retiraron de la puja, aunque en Inglaterra aseguran que podrían volver a la carga con una oferta definitiva de 150 millones de euros más bonus fácilmente alcanzables. Según The Telegraph, esta propuesta ya tendría la aprobación del Newcastle y colocaría a Isak como el fichaje más caro de la Premier League.

El tiempo, sin embargo, corre en contra de todas las partes. Para el Newcastle, la pérdida sería significativa en lo económico y deportiva, justo antes de su debut en Champions contra el Barcelona de Hansi Flick. El club ya invirtió 80 millones en Nick Woltemade, procedente del Stuttgart, y apunta a dos refuerzos adicionales: Jorgen Strand Larsen y Yoane Wissa.

Isak, en un callejón sin salida
El delantero sueco es quien más arriesga. Si no se concreta su salida, se verá obligado a regresar al equipo y ganarse de nuevo la confianza de Howe, la directiva y la afición, o mantener su postura desafiante con el riesgo de quedarse relegado al banquillo o incluso a la grada. Una situación complicada que lo deja en el limbo.