Los boleros no descansan durante las vacaciones de semana santa

Durante la Semana Santa, muchos aprovechan para descansar, pero los boleros como Don Jesús Jaramillo Guerrero siguen trabajando arduamente. Con 36 años de experiencia, él y otros lustradores de calzado no dejan de ofrecer sus servicios.
Mientras muchos aprovechan las vacaciones para descansar, Don Jesús Jaramillo Guerrero, bolero con 36 años de experiencia, sigue trabajando sin cesar en su oficio de lustrador de calzado. A pesar de que la Semana Santa es un tiempo de descanso para muchos, para los boleros como él, es una temporada que trae tanto altibajos como oportunidades.
"Este año, como siempre, estoy aquí, esperando a que los visitantes se acerquen para solicitar nuestros servicios", comenta Don Jesús, quien trabaja de lunes a sábado, de 9 a 5, en su puesto. Para él, cada día es una nueva oportunidad para seguir adelante, a pesar de las dificultades económicas que puedan surgir.
"Sabemos que el servicio puede tener días buenos y días malos. A veces hay más clientes, otras veces menos, pero siempre estamos listos para dar lo mejor de nosotros".Los precios que maneja por un lustrado de calzado son accesibles, siendo de 35 pesos por boleada normal, aunque si se realiza una pintada más detallada, el costo puede ser un poco mayor.
El oficio de bolero, tan tradicional y arraigado en muchos pueblos de México, es la fuente principal de ingresos para personas como Don Jesús. "Lo que trato de hacer siempre es que el trabajo quede bien hecho, porque eso asegura que el cliente vuelva", señala, mostrando su dedicación y compromiso con cada zapato que lustran sus manos.
A pesar de los altibajos que trae la economía, Don Jesús se muestra optimista. "Lo bueno es que tenemos clientes fieles, que siempre vienen a que les lustramos los zapatos, y eso es lo que nos permite seguir adelante".
Los boleros, como Don Jesús, siguen siendo una pieza clave en la vida cotidiana de muchas personas, incluso en tiempos de vacaciones. Su trabajo, lleno de esfuerzo y dedicación, demuestra cómo los pequeños oficios siguen siendo fundamentales para la economía local, a pesar de los cambios que se suceden en la sociedad.
Este oficio nos ha dado para sobrevivir y seguir adelante. Gracias a Dios y a los clientes que nos apoyan, seguimos aquí, trabajando", concluye con una sonrisa.
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