Un estudio reciente sugiere que los desastres naturales impulsados por el cambio climático podrían aumentar las muertes por cáncer. Según los investigadores, las tasas de diagnóstico de cáncer de colon disminuyeron durante y después de los huracanes Irma y María, que azotaron Puerto Rico con solo dos semanas de diferencia, así como durante la pandemia de COVID-19. Sin embargo, los diagnósticos de cáncer de colon en etapas avanzadas superaron las expectativas.
Este hallazgo indica que los huracanes redujeron el acceso a los servicios de detección, lo que resultó en diagnósticos tardíos de cáncer de colon, cuando la enfermedad ya no era tan tratable. Según Tonatiuh Suárez-Ramos, investigador principal del estudio y miembro del Centro Oncológico Integral de la Universidad de Puerto Rico, estos resultados sugieren que las interrupciones en la atención médica durante estos eventos pueden haber retrasado la detección del cáncer, empeorando los resultados de salud.
Para el estudio, los investigadores analizaron los datos del Registro Central de Cáncer de Puerto Rico, que recopila información sobre todos los casos diagnosticados en la isla entre 2012 y 2021. Durante este período, más de 18,500 personas fueron diagnosticadas por primera vez con cáncer de colon.
Tras el paso de los huracanes en septiembre de 2017, se esperaba que se diagnosticaran 161 casos de cáncer de colon, pero solo se detectaron 82, es decir, la mitad de lo esperado. Un segundo descenso se produjo durante el confinamiento por la pandemia en abril de 2020, cuando solo se diagnosticaron 50 casos, tres veces menos de los 162 esperados.
A lo largo del estudio, los diagnósticos de cáncer de colon en etapa temprana no alcanzaron las cifras esperadas, mientras que los diagnósticos en etapas avanzadas superaron las expectativas. Los investigadores concluyeron que las interrupciones en los servicios de oncología fueron la causa de estos cambios en las tendencias, y advirtieron que la falta de pruebas de detección podría resultar en más casos de cáncer de colon diagnosticados en etapas más avanzadas en el futuro, lo que podría reducir las tasas de supervivencia.
El cambio climático ha aumentado la frecuencia de estos desastres naturales, ya que el incremento de las temperaturas provoca tormentas más intensas, incendios forestales destructivos y el aumento del nivel del mar, según el Servicio Geológico de EE. UU. Los sistemas de atención médica deben prepararse para estos eventos y encontrar formas de garantizar que las personas reciban las pruebas de detección necesarias, explicó Karen Ortiz-Ortiz, investigadora principal del estudio. Su objetivo es ayudar a las personas a vivir más tiempo y de manera más saludable, haciendo los sistemas de salud más resilientes y accesibles incluso en tiempos de crisis.