Los síntomas que alertan que debes cambiar tus lentes viejos

Detectar a tiempo cuándo es necesario actualizar la graduación de los lentes resulta clave para conservar una buena salud visual y prevenir molestias o complicaciones a largo plazo.

Entre las señales más comunes se encuentran la visión borrosa, los dolores de cabeza frecuentes y la dificultad para enfocar, indicios de que los anteojos ya no están corrigiendo adecuadamente la vista y es momento de acudir con un especialista.

Con el paso del tiempo, la graduación visual puede variar por factores como el envejecimiento, el uso excesivo de pantallas o la presencia de miopía, hipermetropía o astigmatismo.

Síntomas de una graduación desactualizada

De acuerdo con la Academia Americana de Oftalmología y el Colegio Nacional de Optometristas de España, los principales signos de que es necesario cambiar los lentes son:

Visión borrosa o pérdida de nitidez, sobre todo al mirar objetos lejanos.

Dolores de cabeza frecuentes por el esfuerzo visual al enfocar.

Irritación o molestias oculares al final del día.

Parpadeo constante para intentar ver con mayor claridad.

Cansancio visual tras leer o usar dispositivos electrónicos.

Dificultad para enfocar de cerca, especialmente en mayores de 40 años por presbicia.

Estos síntomas suelen presentarse de forma progresiva, por lo que muchas personas se acostumbran a una visión deficiente sin notarlo.

Consecuencias de usar una graduación incorrecta

Llevar lentes inadecuados afecta más que la comodidad visual. Según los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, una corrección desactualizada puede provocar:

Dificultad para realizar tareas cotidianas o conducir.

Progresión de la miopía en niños y adolescentes.

Disminución del rendimiento académico o laboral.

Aislamiento social por problemas de visión no tratados.

Fatiga ocular constante por sobreesfuerzo visual.

Estos efectos impactan no solo la vista, sino también la concentración, la seguridad y el bienestar general.

Qué hacer si sospechas que necesitas nueva graduación

Los especialistas recomiendan:

Realizar un examen visual completo cada año, o cada seis meses si existen antecedentes de problemas oculares.

Evitar los lentes de farmacia, ya que no se adaptan a las necesidades individuales.

Dar un breve periodo de adaptación a la nueva graduación y consultar al oftalmólogo si persisten las molestias.

Mantener revisiones periódicas y actualizar los lentes cuando sea necesario es la mejor forma de preservar una visión clara y prevenir complicaciones en el futuro.

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