Según un estudio reciente, la depresión y la ansiedad han aumentado de manera constante entre niños y adolescentes en los últimos años. En 2022, más de uno de cada diez niños (un 10.6%) experimentaron ansiedad, frente al 7.1% en 2016. La depresión, por su parte, aumentó del 3.2% al 4.6% durante el mismo período.
La investigadora principal, Marie Heffernan, profesora asistente de pediatría en la Universidad Northwestern, destacó la importancia de priorizar la salud mental de los jóvenes, ya que esta sigue empeorando incluso después de la pandemia. Heffernan agregó que tanto los padres como las escuelas necesitan más apoyo para poder asistir a los niños que padecen ansiedad o depresión.
El estudio, que analizó datos de la Encuesta Nacional de Salud Pediátrica financiada por la Administración Federal de Recursos y Servicios de Salud, también reveló que algunas enfermedades físicas entre los niños disminuyeron, a pesar del aumento en los trastornos del estado de ánimo. Por ejemplo, la prevalencia del asma pasó del 8.4% al 6.5%, y las migrañas o dolores de cabeza intensos se redujeron del 3.5% al 2.6%. Los problemas de conducta se mantuvieron estables, alrededor del 7%.
La Dra. Michelle Macy, médica de emergencias del Hospital Pediátrico Ann & Robert H. Lurie de Chicago, comentó que es necesario continuar prestando atención y recursos a nivel nacional para comprender y abordar las diversas causas del aumento de la ansiedad y depresión en niños y adolescentes.
Según el Hospital Infantil de Filadelfia, los síntomas de los trastornos del estado de ánimo en los niños pueden incluir sentimientos intensos de tristeza, irritabilidad, enojo o euforia, conflictos familiares, pérdida de interés en actividades previamente disfrutadas, alteraciones en los patrones de sueño o alimentación, molestias físicas como dolores de cabeza o fatiga, y dificultades académicas.