Malos arbitrajes y caros Factor de riñas en deporte

"Este año se han registrado al menos cinco riñas colectivas en el deporte amateur, más las que no se documentaron"
Un estudio reciente realizado en Piedras Negras entre personas ligadas al deporte local y amateur, reveló que uno de los factores principales que han detonado pleitos y riñas en los campos deportivos de la ciudad está directamente relacionado con la calidad de los arbitrajes y los altos costos que implica cada partido. Esta problemática no solo afecta al rendimiento de los equipos, sino también a la paz en los eventos deportivos, donde la violencia se ha hecho presente con preocupante frecuencia..
Las riñas este año
En estos primeros 100 días de 2025 se han registrado cinco riñas colectivas con participación de jugadores, entrenadores y las eternas porras, la mayoría con comentarios negativos al equipo contrario y luego saltan gradas para participar..
El caso más reciente ocurrió en la cancha sintética ubicada detrás del Auditorio Municipal. Una jugada fuerte entre dos futbolistas, que el árbitro no sancionó adecuadamente, fue el detonante de una discusión que escaló rápidamente hasta convertirse en una riña generalizada. Este tipo de incidentes se repite cada vez con mayor frecuencia, dejando al descubierto una preocupante falta de control y profesionalismo dentro de las ligas locales
Otro de los casos graves se dio en un partido de tochito o fútbol bandera femenil de la Liga Sabatina “North Flag Futbol”, donde los equipos UANE y Chapulines se enfrentaron, pero no solo en lo deportivo: un roce entre las jugadoras Monse y Denise derivó en una trifulca entre ambas escuadras. Asimismo, en los campos deportivos “Aguirre”, los equipos femeniles Deportivo Kino y Víctor se liaron a golpes tras una falta no sancionada correctamente, provocando la intervención de las porras que, lejos de apaciguar los ánimos, contribuyeron a encender la mecha de la violencia.
Incluso ligas con enfoque educativo y formativo, como la AFAINC, se han visto involucradas en peleas. Equipos como Águilas y Venados, así como Cougars y Osos de Acuña en la categoría mayor, también protagonizaron riñas. Uno de los hechos más alarmantes ocurrió en noviembre del año pasado durante una final de fútbol americano infantil, entre Armadillos y Dragones, cuando padres de familia se vieron envueltos en una pelea, dejando claro que el problema no solo se encuentra dentro de la cancha.
Total rechazo de gobierno y ciudadanía
Todos estos casos han generado el rechazo de la comunidad deportiva, que exige acciones contundentes para evitar riesgos en eventos infantiles y preservar el espíritu deportivo.
La primera medida llegó a mitad de mes cuando el alcalde de Piedras Negras ordenó que no se rolen partidos de la Liga Femenil en los campos “Aguirre”.
Hay Ligas Municipales que trabajan en coordinación con el Gobierno, pero la mayoría son privadas.
Falta capacitacion al arbitraje
El estudio realizado también revela otros factores que están a la raíz del problema. El primero y más señalado es la falta de preparación y criterio de los árbitros y ampáyers. En muchos casos, no conocen bien el reglamento, lo aplican de manera desigual o incluso se les acusa de inventar reglas sobre la marcha. Esta percepción ha generado un clima de desconfianza y molestia entre jugadores y entrenadores, quienes ven en la figura arbitral una fuente de injusticia más que de autoridad.
La situación se agrava por el hecho de que algunos árbitros muestran favoritismo hacia equipos que cuentan con mayor respaldo económico. Estos equipos no solo pueden pagar jugadores de otras ciudades como Torreón, Monclova o Saltillo, sino que también son frecuentemente protegidos por las mesas directivas de sus respectivas ligas, muchas veces integradas por los mismos dirigentes o allegados a estos clubes.
El costo del arbitraje también es motivo de queja. Un árbitro de fútbol puede llegar a cobrar hasta 600 pesos por partido, lo que representa un gasto de 300 pesos por equipo. Si arbitra dos o tres juegos por jornada, puede llevarse hasta 1,800 pesos por unas cuantas horas. En ligas infantiles, los cobros rondan entre 200 y 250 pesos, incluso para partidos de solo 40 minutos.
En el béisbol o sóftbol, los ampáyers cobran entre 500 y 700 pesos por juego. Casos como el de Ramón Gallardo, ampáyer que lleva sus propias pelotas pero cobra 250 pesos a cada equipo, son ejemplo de la percepción de cobros injustificados.
Las porras y su actitud
Otro detonante importante son las porras. “Desde que inician los partidos, siempre hay alguien que no está conforme con el árbitro. Pero luego, ese enojo lo canalizan hacia el equipo contrario y es cuando empiezan los problemas”, afirma Carlos Sánchez, aficionado regular a los partidos locales. Las porras, lejos de alentar positivamente a sus equipos, se han vuelto un factor de tensión, provocando con frecuencia enfrentamientos verbales que escalan rápidamente a lo físico.
A todo esto se suma la falta de vigilancia en los campos deportivos, lo que permite que estas riñas se desaten sin que haya una autoridad presente que frene el conflicto a tiempo.
La ciudadanía y la comunidad deportiva han expresado su rechazo a este tipo de situaciones, exigiendo mayor control, profesionalismo en el arbitraje y medidas preventivas para proteger a niños, jóvenes y familias que acuden a los eventos deportivos con la intención de disfrutar del deporte, no de presenciar escenas de violencia.

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