Mercado laboral se vuelve más competitivo
En la ciudad crece la oferta universitaria y cada años gradúan cientos de profesionistas que buscan colocarse.

La dinámica del mercado laboral en Piedras Negras ha comenzado a transformarse en los últimos años a raíz del crecimiento sostenido de la oferta universitaria local. Lo que hace apenas una década parecía un panorama limitado en términos de opciones académicas, hoy se ha diversificado, permitiendo a un número creciente de jóvenes formarse profesionalmente sin necesidad de migrar a otras ciudades.
Esta expansión educativa ha sido positiva en muchos sentidos: fortalece la economía familiar al evitar gastos de manutención foránea, promueve el arraigo de los jóvenes en la ciudad, y eleva el nivel educativo de la población. Sin embargo, trae consigo un nuevo reto: el mercado laboral se ha vuelto más competitivo, lo que obliga tanto a estudiantes como a instituciones educativas y empresas a adaptarse a esta nueva realidad.
Actualmente, Piedras Negras cuenta con al menos seis universidades públicas y cuatro privadas, las cuales egresan más de 500 profesionistas por institución en cada generación. Esto significa que, al menos dos veces al año, el mercado recibe a miles de nuevos aspirantes a puestos profesionales, lo que ha elevado la competencia por los empleos disponibles, sobre todo en las áreas más demandadas como administración, ingeniería, contaduría, salud y tecnología.
Este fenómeno de sobresaturación relativa en ciertas carreras no es exclusivo de la ciudad; es una tendencia nacional que ha obligado a los jóvenes a buscar una diferenciación clara en su perfil profesional. Ya no basta con egresar de una carrera universitaria: ahora se vuelve crucial contar con experiencia previa, habilidades blandas desarrolladas, manejo de idiomas, certificaciones técnicas o incluso haber realizado intercambios o prácticas internacionales.
Ante este panorama, las universidades han comenzado a fortalecer sus áreas de vinculación con el sector productivo, buscando facilitar la inserción de sus egresados al mundo laboral. A través de convenios con empresas locales y regionales, programas de estadías profesionales, prácticas, visitas industriales y bolsas de trabajo, se intenta cerrar la brecha entre la formación académica y las necesidades reales de la industria.
La coordinación entre instituciones educativas y empresas ha resultado en la organización constante de reclutamientos, ferias del empleo y entrevistas en campus universitarios, en los cuales los estudiantes tienen la oportunidad de postularse a vacantes incluso antes de concluir sus estudios. Esta sinergia también permite a las empresas identificar talento joven que puede adaptarse fácilmente a sus necesidades, con una curva de aprendizaje optimizada y menores costos de contratación.
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