Mónica Torres encabeza el taekwondo mexicano una historia de película en verdad

Mónica Torres es un ejemplo a seguir por todo depotista
Mónica Torres Amarillas no solo hizo historia al ganar la primera medalla olímpica para México en taekwondo, también rompió, golpe a golpe, las barreras de género impuestas en su familia, en su universidad y en el deporte nacional. A escondidas de su padre, en gimnasios que no aceptaban mujeres y en una selección que no las quería, Mónica entrenó hasta convertirse en referente olímpico en Seúl 1988 y Barcelona 1992, cuando el taekwondo aún era deporte de exhibición.
En entrevista , la extaekwondoín recordó que al inicio tuvo que entrenar en secreto, diciendo a su padre que iba a la biblioteca, hasta que un día fue descubierta con moretones. “Mi papá me dijo que no podía entrenar porque me iban a lastimar. Había puros hombres. Pero yo ya estaba compitiendo”, narró.
Su camino al tatami olímpico también fue una batalla social. A pesar de ser medallista mundial, el Comité Olímpico Mexicano no contemplaba enviar mujeres a Seúl 1988. Fue la comunidad universitaria de la UNAM, donde Mónica estudiaba Derecho, quien recaudó fondos con un “kilómetro de monedas” para lograr que viajara. “Yo era la única mujer. Mi medalla no era solo mía, era de todos ellos. Fue un logro personal, social y universitario”, dijo.
Durante su carrera enfrentó una discriminación sistemática. Entrenadores se negaban a trabajar con mujeres, y los torneos nacionales no abrían áreas de combate femeninas. “Llegabas al gimnasio y no querían entrenar contigo. Nos ponían en una esquina. Pero cuando vieron que no nos íbamos, nos empezaron a ayudar”, recordó.
¿Qué ganó Mónica Torres en Juegos Olímpicos?
Mónica logró dos medallas olímpicas (en Seúl 1988 y Barcelona 1992) y dos medallas mundiales. Recibió el Premio Nacional del Deporte —el primero para una mujer en taekwondo— gracias a una propuesta de la UNAM, no de la federación. “Después de eso, los gimnasios se llenaron de niñas. Ese cambio social es lo que más me enorgullece”, aseguró.
Hoy, Mónica envía un mensaje claro a las niñas que quieren practicar taekwondo o cualquier deporte: “Todo es posible. Hay que entrenar, prepararse mentalmente y no poner excusas. La disciplina es la base del éxito”.
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