No es que el poeta busque la soledad, es que la encuentra: Rosario Castellanos

El 7 de agosto de 1974, Rosario Castellanos falleció electrocutada en su casa de Tel Aviv, según diversas fuentes. La tragedia ocurrió cuando, tras salir de la ducha con los pies mojados, conectó una lámpara a la corriente eléctrica.

A partir de esta imagen que simboliza el umbral entre la vida y la muerte de la escritora —quien celebraría el centenario de su nacimiento el domingo 25 de mayo—, la dramaturga Elena Guiochins creó la obra teatral Prendida de las lámparas. Esta producción, que recupera la vida de la poeta y narradora mexicana, se estrenará el sábado 24 de mayo en el Teatro Juan Ruiz de Alarcón, ubicado en Ciudad Universitaria, bajo la dirección de Mariana García Franco.

La obra parte de ese momento fatal y luego explora distintos episodios de su vida y obra. Incluye personajes clave en la vida de Rosario, como Dolores Castro, Raúl Ortiz y Ricardo Guerra, pero siempre mantiene a la poeta como el centro, representada por tres voces que se alternan en escena: la niña, la estudiante y la embajadora, explica Mariana García en entrevista para Excélsior.

Para esta puesta en escena, la directora apostó por un diseño lumínico con cien lámparas que simbolizan la luz propia de Rosario. Además, incorpora elementos multimedia y un diseño sonoro que reflejan tanto la amplitud de su obra como la profundidad de su pensamiento, en un relato que se despliega no de forma lineal sino en capas.

Respecto a cómo se representa la escritura de Castellanos, la obra utiliza varios elementos: su máquina de escribir, cartas y fragmentos de poemas como Autorretrato, Pasaporte, Narciso 70 y El resplandor del ser, entre otros. Esto porque la vida de Rosario está estrechamente ligada a su escritura, que muchas veces fue casi autobiográfica.

La estructura de la obra no sigue una línea cronológica tradicional, sino que se organiza en capas. Así, las tres voces de Rosario dialogan y conviven simultáneamente en escena. Por ejemplo, en ciertos momentos, la voz infantil toma protagonismo, mientras que en otros las otras facetas de Rosario toman la palabra.

García Franco también señala el constante movimiento que tuvo Rosario, tanto en sus viajes —de Comitán a Ciudad de México y Europa— como en su pensamiento y estilo literario. Esta movilidad es el eje de la propuesta, que busca dialogar con ella desde una perspectiva contemporánea.

La directora resalta además la importancia de Rosario Castellanos como pionera del feminismo junto a otras mujeres. Aunque la sociedad ha avanzado, aún quedan muchos temas por reflexionar, y releer a Rosario es fundamental para continuar ese diálogo y crecimiento.

Finalmente, destaca la faceta teatral de Castellanos, especialmente su obra El eterno femenino, escrita al final de su vida. En ella, como en su prosa y cuentos como Álbum de familia, hace una crítica incisiva sobre cómo la sociedad intenta controlar el destino de la mujer. Esta voz feminista es claramente visible también en sus obras dramáticas.

Acercar a nuevas generaciones

Prendida de las lámparas, protagonizada por Luisa Huertas, Dulce Mariel y Ana Karen Peraza, utiliza la simbología de las cien lámparas para representar tanto el legado de Rosario como el momento de su muerte. La puesta busca acercar su figura y obra a públicos jóvenes.

La obra es una coproducción con la Secretaría de Cultura federal y se presentará en el Teatro Juan Ruiz de Alarcón del Centro Cultural Universitario desde el 24 de mayo hasta el 6 de julio, y luego del 31 de julio al 23 de agosto, con funciones jueves y viernes a las 20:00, sábados a las 19:00 y domingos a las 18:00 horas.

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