Obispo de Piedras Negras advierte incremento de drogadicción y anuncia reapertura de anexo para rehabilitación

“Sí, está en toda la diócesis, lamentablemente. Lo vemos en muchísimos anexos en todo el estado y en esta zona fronteriza”

Tras realizar un recorrido por los 16 municipios que integran la Diócesis de Piedras Negras, el obispo Alonso Gerardo Miranda Guardiola expresó una profunda preocupación ante el crecimiento sostenido de la drogadicción, una problemática que afecta a prácticamente todas las comunidades de la región fronteriza.

“Sí, está en toda la diócesis, lamentablemente. Lo vemos en muchísimos anexos en todo el estado y en esta zona fronteriza”, señaló el prelado, enfatizando que la adicción es un fenómeno extendido que no distingue localidades ni sectores, y que requiere una atención urgente y coordinada.

Frente a esta situación, el obispo anunció que en colaboración con el grupo Luz y Esperanza se abrirá un nuevo anexo en Piedras Negras, un centro destinado a la atención y rehabilitación de personas que enfrentan problemas de adicción. Esta iniciativa busca brindar un espacio seguro y especializado para el rescate de los jóvenes y familias afectadas.

“Ya fuimos a revisarlo y, Dios por delante, vamos a abrirlo junto con ellos, para el rescate de nuestros jóvenes”, comentó Miranda Guardiola. El obispo recordó que este anexo ya funcionaba anteriormente, pero tuvo que cerrar debido a la violencia que vivió la región en años recientes, situación que afectó su operatividad y puso en riesgo a quienes allí se atendían.

Para la reapertura, el inmueble requiere una rehabilitación integral, por lo que el obispo estimó que el centro podría comenzar a operar nuevamente en un lapso de dos a tres meses. “Estamos trabajando para que en poco tiempo pueda estar funcionando y brindando ayuda a quienes más lo necesitan”, añadió.

Este esfuerzo se suma a las múltiples acciones impulsadas por la Diócesis de Piedras Negras y diversas organizaciones civiles que han trabajado para enfrentar los retos sociales y de salud pública que implica la drogadicción en la frontera norte de Coahuila. Miranda Guardiola subrayó la importancia de que estas acciones sean un trabajo conjunto entre las autoridades, las comunidades y las familias.

En la región, la presencia de anexos y centros de apoyo ha sido fundamental para atender a jóvenes con adicciones, pero el aumento en la demanda ha evidenciado la necesidad de ampliar la capacidad y calidad de estos espacios de atención. La reapertura del anexo en Piedras Negras es una respuesta directa a esta realidad.

Además, el obispo enfatizó que la prevención debe ser un componente esencial junto con la rehabilitación. La educación, el acompañamiento espiritual y el fortalecimiento de los valores familiares son aspectos clave para evitar que más jóvenes caigan en las adicciones.

Miranda Guardiola también destacó que la atención a las personas con problemas de drogas debe ser integral, abarcando no solo el aspecto físico, sino también el emocional y espiritual, para ofrecer una recuperación completa y duradera.

La comunidad espera que con esta iniciativa se pueda brindar un apoyo efectivo que contribuya a mitigar el impacto social y familiar de la drogadicción, especialmente en los jóvenes, que son los más vulnerables ante esta problemática.

El obispo reiteró el compromiso de la Iglesia Católica en Piedras Negras para estar cerca de quienes enfrentan esta situación, brindando esperanza y alternativas para reconstruir un futuro libre de adicciones. Señaló que la apertura del nuevo anexo es un paso importante para fortalecer la red de apoyo en la diócesis y hacer frente a este desafío creciente.

Con este proyecto, la Diócesis busca no solo atender la crisis actual, sino también sembrar bases sólidas para la prevención y el acompañamiento a largo plazo, con la convicción de que la recuperación es posible y que la comunidad puede unirse para lograrlo.

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