Paola Suárez revela cirugía estética que casi la mata

Paola Suárez narró en Pinky Promise su dramática experiencia con cirugías estéticas peligrosas y cómo una mala decisión casi le cuesta la vida.
La influencer Paola Suárez, integrante del popular grupo “Las Perdidas”, reveló en el programa Pinky Promise uno de los momentos más traumáticos de su vida: una cirugía estética que casi termina en tragedia. En el episodio 15 de la temporada 8, contó que fue operada con anestesia local, con implantes de segunda mano y en condiciones altamente riesgosas.
Implantes usados y cirugía sin garantías
Paola tenía apenas 23 años cuando decidió realizarse una rinoplastia y aumento de busto al mismo tiempo. El problema comenzó desde el inicio: los implantes que le colocaron eran de segunda mano y se los vendió una amiga por 3,000 pesos. El cirujano, a quien la influencer se refiere como "El Carnicero", cobró 23,000 pesos por ambas operaciones.
“Yo estaba despierta durante todo el procedimiento”, confesó. La anestesia fue local, lo que la dejó consciente mientras su nariz sangraba y el médico le ordenaba: "Trágate la sangre".
Condiciones precarias y errores médicos
Durante la operación, el médico dejó caer uno de los implantes al suelo. “Lo limpió con un líquido rojo y lo volvió a usar”, detalló. Además, el dolor fue tan fuerte que, por instinto, bajó la mano durante el procedimiento, pero la enfermera se la detuvo.
"Era un constante: ‘Me duele’, anestesia; ‘me duele’, anestesia”, contó entre lágrimas.
Rechazo del cuerpo y cirugías múltiples
Tres años después, Paola notó pus saliendo de la cicatriz de uno de los implantes. A pesar de acudir de nuevo con el mismo cirujano, este solo le dio pomadas y pastillas. Sin embargo, su cuerpo comenzó a rechazar el implante, generándole fiebre, dolor, e inflamación severa.
“Me abrió tres veces en seis meses”, relató. El médico volvió a colocar el mismo implante, sin éxito. La situación escaló al punto que el implante comenzó a salirse por sí solo, cuando estaba en casa de su amiga Wendy Guevara, quien intervino para ayudarla.
Wendy relató que el quirófano era un departamento improvisado, y que Paola estuvo en peligro de convulsionar o morir.
Más riesgos: aceite de cocina y polímero
Además, Paola confesó haber recurrido a inyecciones de aceite de cocina para aumento de glúteos, lo cual generó olores desagradables al ser expulsado por los poros. Más adelante, también se inyectó polímero, una sustancia altamente peligrosa para la salud.
Llamado urgente a la conciencia
Entre lágrimas, Paola Suárez concluyó su relato con un mensaje contundente para su audiencia:
“Es vital investigar el lugar donde se harán las cirugías, conocer al doctor y verificar sus estudios. Porque puede costarte la vida”.
Su historia se ha viralizado rápidamente, generando reacciones de preocupación, apoyo y reflexión entre sus seguidores, especialmente dentro de la comunidad LGBTQ+ mexicana, donde ella es una figura destacada
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