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Persistente fuga de aguas residuales contamina transitada avenida en Piedras Negras

Ciudadanos denuncian la fuga que se genera de un concurrido centro comercial en el sector indicado.

Persistente fuga de aguas residuales contamina transitada avenida en Piedras Negras: Ciudadanos denuncian la fuga que se genera de un concurrido centro comercial en el sector indicado.
José Gaytán
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Persistente fuga de aguas residuales contamina transitada avenida en Piedras Negras: Ciudadanos denuncian la fuga que se genera de un concurrido centro comercial en el sector indicado.
Persistente fuga de aguas residuales contamina transitada avenida en Piedras Negras: Ciudadanos denuncian la fuga que se genera de un concurrido centro comercial en el sector indicado.
Persistente fuga de aguas residuales contamina transitada avenida en Piedras Negras: Ciudadanos denuncian la fuga que se genera de un concurrido centro comercial en el sector indicado.
Persistente fuga de aguas residuales contamina transitada avenida en Piedras Negras: Ciudadanos denuncian la fuga que se genera de un concurrido centro comercial en el sector indicado.

La ciudad continúa enfrentando serios desafíos en materia de infraestructura sanitaria, y una de las problemáticas más visibles y alarmantes se ha presentado recientemente en la avenida Lázaro Benavides, donde una fuga de aguas residuales proveniente de un conocido centro comercial ha comenzado a generar serias afectaciones a la vialidad y al entorno urbano.

La situación, captada por automovilistas y transeúntes que frecuentan esta importante arteria vial, pone en evidencia no solo el deterioro de las condiciones sanitarias en la zona, sino también la falta de un control riguroso por parte de quienes operan en espacios con alto flujo comercial. El flujo constante de aguas negras, con evidente presencia de residuos orgánicos y mal olor, recorre varios metros de la avenida, creando un escenario insalubre que se repite con frecuencia y que, lejos de ser atendido de manera puntual, parece haberse normalizado.

Contaminación evidente y riesgo sanitario

A simple vista, la situación resulta preocupante. La mancha de agua contaminada, que brota de una zona lateral al centro comercial, se extiende por la avenida afectando carriles vehiculares y banquetas. Más allá del impacto visual y del olor fétido, el problema representa un riesgo sanitario real para quienes circulan por ahí, ya sea a pie o en vehículos.

El paso de los automóviles por la zona contribuye a esparcir aún más los residuos, dejando una estela de suciedad que se adhiere a llantas y carrocerías. Peatones y ciclistas se ven obligados a esquivar los charcos contaminados, mientras que en las horas pico, el tráfico se vuelve más lento debido a que muchos conductores optan por reducir la velocidad o cambiar de carril para evitar el paso directo sobre el agua sucia.

Este tipo de derrames, aunque pueda parecer puntual, tiene consecuencias acumulativas. Las aguas residuales contienen bacterias, virus y otros agentes patógenos que pueden permanecer en el ambiente por horas o incluso días. Aunado a esto, la humedad permanente genera condiciones favorables para la proliferación de mosquitos, cucarachas y otros vectores, lo que incrementa el riesgo de enfermedades gastrointestinales y cutáneas entre la población.

Afectaciones a la movilidad y la imagen urbana

La avenida Lázaro Benavides es una de las más transitadas de la ciudad, conectando sectores residenciales con áreas comerciales, escuelas y servicios. Cualquier alteración en su operatividad tiene un impacto directo en la movilidad diaria de miles de personas. La fuga de aguas negras, lejos de ser un problema aislado, se convierte en un obstáculo cotidiano para quienes dependen de esa vía para sus traslados.

Más allá del aspecto funcional, la presencia de aguas residuales en una zona céntrica daña severamente la imagen de la ciudad. Piedras Negras se ha posicionado en años recientes como una de las urbes más seguras y con mayor desarrollo en el norte del país, pero situaciones como esta contradicen el discurso de modernización e infraestructura eficiente.

La combinación entre desarrollo comercial y falta de mantenimiento básico genera un contraste incómodo entre el crecimiento económico y el rezago en servicios esenciales, como el drenaje sanitario. Y aunque el centro comercial en cuestión atrae a cientos de visitantes diariamente, la presencia constante de estas fugas mina la percepción de calidad y seguridad del entorno.

Desgaste de la infraestructura y omisión de responsabilidades

Si bien no es la primera vez que se registran derrames similares en la ciudad, el hecho de que la fuga provenga de una instalación privada de gran afluencia abre también el debate sobre la responsabilidad que deben tener las empresas en el mantenimiento de sus sistemas sanitarios.

El sistema de drenaje en muchas zonas comerciales está rebasado o ha sido descuidado, generando taponamientos y fugas que luego terminan en la vía pública. En algunos casos, las conexiones al sistema municipal no cumplen con los estándares requeridos, y en otros, los residuos generados por las actividades comerciales terminan saturando las líneas de desagüe.

La omisión o negligencia para atender estas fallas técnicas puede convertirse en un problema de salud pública, además de una falta ética en cuanto a convivencia urbana. La responsabilidad ambiental no debe limitarse a campañas publicitarias internas, sino reflejarse en acciones concretas que garanticen condiciones salubres para clientes, empleados y vecinos del entorno.

Urgencia de una cultura de saneamiento urbano

La presencia de esta fuga no solo evidencia un punto específico de contaminación, sino que se suma a un problema más amplio que afecta a varias zonas de Piedras Negras, donde se han reportado colapsos de drenaje, fugas constantes y acumulaciones de aguas negras sin atender.

Esto hace urgente la necesidad de una cultura de mantenimiento preventivo y responsabilidad compartida. La salud urbana depende de una red de servicios que debe ser monitoreada constantemente, pero también de una ciudadanía y un sector empresarial conscientes de su impacto en el entorno.

En este sentido, los grandes centros comerciales y desarrollos urbanos deben asumir su rol como actores clave en el equilibrio sanitario de la ciudad. No basta con ofrecer productos y servicios; también deben garantizar que su infraestructura no represente un peligro para la comunidad.

Conclusión

La fuga de aguas residuales sobre la avenida Lázaro Benavides, más que un incidente aislado, es un reflejo del desgaste urbano que se acumula cuando las prioridades del crecimiento económico no se equilibran con las del bienestar social. Mientras no se establezcan mecanismos efectivos para prevenir y sancionar este tipo de situaciones, la ciudad continuará padeciendo las consecuencias de una infraestructura mal atendida y de prácticas empresariales ajenas al bien común.

La salud pública, la movilidad y la imagen de Piedras Negras merecen un compromiso mayor por parte de todos los actores involucrados, empezando por quienes operan en las zonas más concurridas y visibles de la ciudad.

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