Piedras Negras sin agua por mala decisión: 'querían comprar planta de luz y no hay con qué'
Crisis de agua en Piedras Negras: Falla eléctrica paraliza cárcamo y deja a la ciudad sin agua, revelando mala planeación y decisiones cuestionables.

Una falla eléctrica paralizó el cárcamo del Río Bravo y dejó a media ciudad sin agua. La crisis, totalmente evitable, expuso una vez más la mala planeación, las decisiones absurdas y la falta de voluntad para prevenir lo previsible. La renta de generadores fue rechazada pese a la urgencia.
En pleno verano Piedras Negras experimentó esta semana una de las situaciones más frustrantes que puede vivir una ciudad moderna: quedarse sin agua.
No por una sequía, no por un fenómeno climático impredecible, sino por una falla eléctrica que dejó al cárcamo del Río Bravo —el corazón del sistema hidráulico local— fuera de operación, provocando la suspensión del servicio en al menos la mitad del territorio municipal.
Media ciudad. Colonias enteras como Lázaro Cárdenas, Haciendas, Morelos, Siete Casas, entre muchas otras, despertaron sin una gota de agua saliendo de sus grifos. No hubo aviso previo, ni margen para prepararse. El caos fue inmediato. Lavabos secos, tanques vacíos, comercios sin poder operar, y familias improvisando formas de hacer frente a la ausencia de un recurso vital. Pero el agua no fue lo único ausente. También lo estuvo el sentido común, la prevención y una mínima planificación a la altura de las necesidades urbanas de una ciudad que ha crecido sin el respaldo de infraestructura acorde.
Fallas. La falla técnica no debería haber sorprendido a nadie. Se trata de un viejo problema, repetitivo, casi cíclico: una dependencia absoluta de un sistema eléctrico inestable para operar las bombas que surten de agua a miles de hogares. Es como si la ciudad estuviera jugando a la ruleta rusa con sus necesidades básicas. Una tormenta, un apagón, una sobrecarga o, como en este caso, una falla puntual, basta para colapsar por completo el suministro. Y cada vez que ocurre, la historia se repite: explicación técnica, promesa de solución futura y espera a que pase la crisis, mientras la ciudadanía se las arregla como puede. Lo más indignante es que todo esto era evitable. El colapso no fue una tragedia natural, sino una consecuencia directa de decisiones pospuestas, soluciones ignoradas y propuestas rechazadas. Desde hace tiempo se había planteado la necesidad urgente de contar con una fuente alterna de energía —generadores que mantuvieran el cárcamo en funcionamiento aún ante un corte eléctrico—. Pero esa idea, concreta y ejecutable, fue dejada de lado por discusiones financieras, burocracia y una visión institucional que, como en muchos otros ámbitos, prefiere reaccionar a improvisar, antes que planear y prevenir.
Mala planeación. En esta ocasión, incluso se planteó la opción de rentar generadores. Una medida pragmática, accesible, y sobre todo inmediata. Pero fue desechada con el argumento de que era mejor comprar los equipos. Lo irónico, y al mismo tiempo preocupante, es que no se contaba con el presupuesto para hacerlo. Una paradoja absurda: querer comprar sin tener dinero, y al mismo tiempo rechazar la posibilidad de rentar lo que se necesita con urgencia. Una ciudad sin agua por decisiones mal planteadas, atrapada entre la necedad financiera y la irresponsabilidad administrativa.El problema del agua en Piedras Negras no es sólo técnico, es profundamente social. El acceso al agua no es un lujo ni un privilegio, es un derecho básico. Su ausencia no afecta únicamente la comodidad del hogar: impacta la higiene, la salud, el comercio, la productividad y la dignidad de la vida diaria. Una ciudad que no puede garantizar este servicio mínimo está condenada a un rezago constante, sin importar cuántas calles se pavimenten o cuántos eventos se organicen. El progreso no se mide por la imagen que se proyecta, sino por la calidad de vida que se garantiza.
Gerencia. El gerente general de Simas, Lorenzo Menera, realizó una transmisión en vivo desde el sitio donde se llevan a cabo trabajos de reparación, evidenciando la gravedad del problema que afecta el suministro de agua. Durante la transmisión, además de mostrar el impacto de la situación, Menera aprovechó para señalar la falta de medidas preventivas que ya habían sido advertidas con anterioridad.
Recordó que hace aproximadamente mes y medio propuso al consejo de administración de Simas la renta de plantas generadoras de energía como una medida inmediata para evitar este tipo de contingencias.
Sin embargo, dicha propuesta fue rechazada por el consejo, que en su lugar sugirió la compra de los equipos. Menera explicó que esa alternativa no era viable, ya que la empresa no cuenta con los recursos económicos necesarios para realizar una adquisición de tal magnitud. Con una metáfora clara, el gerente general expresó: “Es como un pobre queriendo comprar un carro del año, ¿de dónde?”, haciendo alusión a lo poco realista que resulta pensar en una inversión tan elevada cuando se tienen recursos limitados.
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