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Piedras Negras sufre fuerte desplome en ocupación hotelera

Durante meses contó con la mejor ocupación de todo el estado repercutiendo las políticas migratorias de Estados Unidos

Piedras Negras sufre fuerte desplome en ocupación hotelera: Durante meses contó con la mejor ocupación de todo el estado repercutiendo las políticas migratorias de Estados Unidos
José Gaytán
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Después de meses consecutivos en los que la ciudad fronteriza se jactaba de tener la ocupación hotelera más alta del estado, los reportes más recientes señalan una caída abrupta que ha puesto en alerta al sector hotelero. Lo que fue un promedio del 85 % de cuartos ocupados, ha descendido hasta un 55 %, una merma de 30 puntos porcentuales que supone un golpe severo para quienes dependen de los turistas, especialmente del mercado estadounidense, el turismo médico y los cruces fronterizos.

Ramón Rosales, tesorero de la Oficina de Convenciones y Visitantes (OCV), atribuye esta disminución principalmente al impacto de las políticas migratorias en Estados Unidos, así como a una creciente incertidumbre entre los visitantes que cruzan la frontera. “La ciudad depende mucho de la visita de los estadounidenses”, dice Rosales, pues Piedras Negras, además de turismo de negocios, se ha consolidado como un destino de turismo médico. Sin embargo, “la mala información sobre el limitar los cruces a los residentes” ha generado temor, lo que ha provocado cancelaciones, reservas que no se concretan y menos gente dispuesta a arriesgarse al cruce.

Según los informes del OCV, Piedras Negras cuenta con un promedio de 15 hoteles que suman poco más de 300 habitaciones. Apenas hace unas semanas, estos alojamientos estaban prácticamente al tope; hoy, en contraste, muchos operan con una ocupación cercana a la mitad o incluso menos. Restaurantes, servicios locales, transporte y comercios vinculados al turismo ya sienten el impacto económico.

Turismo médico: un pilar dañado

Uno de los motores más importantes de la ocupación hotelera en esta frontera ha sido el turismo médico. En otras notas, Rosales había señalado que entre el 60 y 80 % de la ocupación hotelera provenía de personas que viajaban por tratamientos, cirugías o consultas especializadas en la ciudad.

Pero la caída reciente amenaza esa base: si quienes venían por salud deciden reprogramar, cancelar o buscar opciones más cercanas, no solo se pierde la ocupación hotelera, sino la derrama de servicios complementarios: transporte, alimentos, farmacia, laboratorios, etc.

Causas: políticas migratorias y percepción

Rosales apunta a que una combinación de factores explican la baja:

Nuevas políticas migratorias utilizadas por EE.UU. que estarían complicando los cruces fronterizos, así como el temor de ser rechazados, detenidos o pasar por trámites más estrictos al ingresar al país vecino, incluso para residentes o visitantes frecuentes.

Desinformación: muchos visitantes no están seguros de qué permisos, visas, documentos o condiciones migratorias les están exigiendo, lo que les provoca inseguridad al planear viajes que involucren cruzar.

Percepción de riesgo: ante noticias o rumores de redadas, restricciones, menos tolerancia en los cruces, se da una reticencia previa incluso antes de intentar venir, lo que afecta las decisiones de hospedaje con anticipación.

Dependencia del turismo extranjero: especialmente de ciudadanos de EE.UU. El turismo fronterizo ha sido históricamente importante para Piedras Negras, pero cuando se cierran las posibilidades de cruce, o suben los requisitos, esa fuente se ve drásticamente afectada.

Cuánto cuesta la caída

La diferencia de ir de un 85 % a un 55 % de ocupación no es menor: eso significa muchos cuartos vacíos, disminución en ingresos para los hoteles, pero también para todos los sectores que dependen del turismo. Algunos impactos observados o esperados:

Hoteles con tarifas altas los fines de semana ven cancelaciones o menos reservas adelantadas.

Personal de servicio, limpieza, cocina, transporte podría ver disminución de jornadas o empleo temporal.

Menos consumo en restaurantes, farmacias, laboratorios — si quien viene por turismo médico requiere hospedaje, pero también gastos adicionales por estancia prolongada.

Menos derrama económica local, lo cual podría impactar impuestos, ingresos municipales ligados al turismo y, por extensión, los servicios públicos asociados.

Magnitud y contexto

Para dar una idea cuantitativa:

Piedras Negras tiene unas 15 unidades hoteleras con más de 300 cuartos entre todas.

Cuando operaba al 85 %, eso implicaba que alrededor de 255 cuartos estaban ocupados en promedio. Con una ocupación al 55 %, esa cifra baja a aproximadamente 165 cuartos, dejando unos 90 cuartos vacíos, lo que representa una caída de ingresos cercana al 35 % solo por concepto de ocupación básica.

Además, es importante considerar que muchos hoteles no pueden simplemente bajar costos operativos en la misma proporción, pues tienen costos fijos: mantenimiento, limpieza, nómina mínima, servicios públicos, etc.

Reacciones y expectativas

Rosales, desde la OCV, reconoce que la situación es grave, pero expresa optimismo si se adoptan medidas adecuadas:

Eventos especiales: ferias, congresos, conciertos, exposiciones podrían ayudar a generar flujo de visitantes que reactiven la ocupación.

Promoción y claridad: campañas informativas que aclaren qué documentación se requiere para cruzar, buenas noticias sobre facilidades, testimonios de quienes ya lo han hecho sin problema, etc.

Colaboración binacional: si entidades de ambos lados de la frontera colaboran para facilitar cruces seguros, rápidos y bien informados, puede restablecer confianza.

Ajustes tarifarios y paquetes: los hoteles podrían ofrecer paquetes que incluyan transporte, traslados, asistencia aduanal, etc., para reducir fricciones y percepción de riesgo en el visitante.

Desafíos para recuperar terreno

No obstante, el panorama no es sencillo:

Las políticas migratorias de EE.UU. están bajo constante revisión, y pueden cambiar de un día para otro; eso genera un ambiente de incertidumbre que desalienta inversiones o compromisos a largo plazo.

La percepción pública (entre viajeros mexicanos, estadounidenses residentes en zonas fronterizas, etc.) puede tardar en recuperarse. Una vez que se difunde una idea de que los cruces están siendo restringidos, muchos pueden dejar de planear viajes de puente u optar por otros destinos.

Hoteleros más pequeños con menos vuelos de promoción o menor visibilidad pueden tardar más en adaptarse o resignarse a operar con baja ocupación.

Si la caída persiste, podría afectar la infraestructura mínima que debe mantenerse para asegurar el turismo médico (hospitales, laboratorios, clínicas especializadas), lo que a su vez puede deteriorar la reputación de la ciudad como destino confiable para tratamientos internacionales.

Piedras Negras enfrenta una crisis estratégica para su sector turístico y hotelero: la ciudad había construido su ventaja competitiva como destino fronterizo de turismo médico y de visitantes estadounidenses, pero una combinación de políticas migratorias más estrictas, rumores o desinformación sobre cruces y procedimientos, y una percepción creciente de riesgo, ha derrumbado en semanas lo que se había consolidado tras meses de buenos resultados.

Para recuperar el terreno perdido será necesario no solo esperar que cambien las condiciones externas, sino actuar local y regionalmente: clarificar requisitos, optimizar la experiencia de cruce, promocionar con transparencia, diversificar el tipo de visitante, y quizá replantear tarifas y servicios para adaptarse a la nueva realidad. Solo así Piedras Negras podrá aspirar a volver a los niveles de ocupación que le dieron reconocimiento estatal y evitar que las pérdidas sigan escalando.

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