Piloto ucraniana entre el amor, la guerra y el rescate por su país
REALIDAD. Desde México, lamenta las heridas de los ataques a su país y lo honra salvando vidas a la distancia.
Marta Koren es una valiente ucraniana quien se desempeña como piloto aviador y rescatista, pero desde hace siete años vive en México. En 2022, tenía todo preparado para casarse en su país junto a su esposo, un piloto mexicano. Sin embargo, la guerra iniciada por Rusia no solo truncó esos planes: hoy, el 40% de los invitados a su boda han perdido la vida en bombardeos.
El martes 17 de junio de 2025, Marta despertó con otra noticia desgarradora: 140 drones rusos atacaron distintas regiones de Ucrania, incluyendo la capital, Kiev. El saldo fue de al menos 14 muertos y más de 150 heridos. “Lo más triste es que bombardean pura gente civil. No bombardean lugares militares, ni objetos militares; bombardean casas. Su objetivo es matar”, declaró con dolor.
Una madre bajo el fuego.
A pesar de vivir en el Estado de México, Marta tiene el alma dividida. En Ucrania, permanece toda su familia, incluida su madre, a quien ama profundamente. En agosto de 2024 fue la última vez que, visitó su amado país, del cual tiene la esperanza que un día vuelva a tener tranquilidad en sus calles.
Rescate en el aire.
Cuando comenzó la guerra en 2022, Marta y su esposo, ambos pilotos de rescate en el grupo Search and Rescue México, se unieron a la organización CADENA para evacuar civiles ucranianos. “Aunque estoy lejos de mi tierra, puedo hacer algo para ayudar. Me siento orgullosa de eso”, afirma. Con firmeza y humildad, explica que volar para salvar vidas es su manera de resistir desde donde le tocó vivir.
Ucrania en tierra mexicana.
Hoy, Marta no solo es sobrevive y ayuda, también construye. Es fundadora de Casa de Ucrania, una comunidad en México dedicada a difundir la cultura de su país. “Queremos que los mexicanos conozcan nuestra historia, nuestras tradiciones. Que vean más allá de la guerra”, comparte.
A través de eventos culturales y redes sociales, invita a quienes quieran aprender y solidarizarse. Además, es una activista que, desde México resuena su voz para pedir al gobierno Mexicano que actúe en apoyo a su país, también está a disposición de volar cuando sea necesario para rescatar a sus hermanos de nacionalidad. Mientras tanto sigue preparándose en su carrera en la escuela de aviación LIFT Aviation School, para fortalecer su dominio en el campo.
“Puedo volar, pero no olvidar”.
El dolor no desaparece, pero Marta lo transforma en acción. Su historia no solo es la de una piloto o una rescatista es la de una mujer que, en medio del exilio y la tragedia, sigue amando, ayudando y recordando. “Puedo volar, puedo ayudar… pero no puedo olvidar lo que mi país ha perdido”, concluye con la esperanza intacta de volver a ver la tranquilidad de los ucranianos.
Marta Koren es residente en Estado de México, pero constantemente viaja hasta el aeropuerto de ciudad Frontera deribado de su trabajo como piloto.
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