Pirotecnia infantil: un juego que puede costar una vida
Las lesiones por pirotecnia en niños pueden dejar secuelas irreversibles y devastadoras.
La detonación de un solo cohete puede arrebatar a un niño un dedo, la visión o incluso parte de una extremidad. También puede provocar quemaduras profundas y traumas acústicos que dañan la audición de manera temporal o permanente. Así de graves son las consecuencias que el Hospital Amparo Pape de Benavides atiende cada temporada decembrina, cuando la pirotecnia vuelve a ponerse al alcance de manos pequeñas y sin experiencia.
El director del hospital, Ángel García, advierte que la pirotecnia es un artefacto explosivo disfrazado de diversión.
“Si no se sabe manejar, puede detonar en la mano o cerca del rostro y causar lesiones irreversibles”, explica.
Pérdida de falanges, heridas profundas y lesiones oculares son parte de los accidentes que más se repiten.
El médico recuerda que muchos niños, al no dimensionar el peligro, encienden los cohetes sin supervisión o tratan de manipularlos después de fallar, aumentando el riesgo de una explosión inesperada.
Padres que deben decir “no”.
García enfatizó que la responsabilidad recae directamente en los adultos. “Los padres deben prohibir que los niños tengan acceso a este tipo de artefactos. Es un tema de conciencia y de madurez”, afirma.
La prevención agregó es la única herramienta capaz de evitar tragedias que marcan para siempre.
Incluso los cohetes que parecen inofensivos pueden provocar incendios si caen en un lugar inadecuado, exponiendo no solo a los menores, sino también a viviendas y a quienes se encuentren cerca.
Accidentes menos frecuentes, pero igual de dolorosos.
En los últimos años, los casos han disminuido gracias a mayor información, campañas preventivas y a las restricciones en la venta de pirotecnia. “El año pasado atendimos uno o dos casos, pero cada uno de ellos corresponde a un menor que no sabía manejar el explosivo”, señala el director.
Aunque algunos pacientes presentan solo quemaduras superficiales, otros requieren intervenciones quirúrgicas para intentar salvar la extremidad o recuperar parte de la función perdida.
Un llamado urgente a la prevención.
El exhorto del director es claro: no comprar pirotecnia para menores de edad. “Pueden perder dedos, visión, audición; son lesiones que ponen en peligro la vida”, insiste García.
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