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Pocos bebés reciben la vacuna de anticuerpos contra el VRS, según un estudio

ENFERMEDADES
Redacción El Tiempo
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Una nueva vacuna basada en anticuerpos que protege a los bebés contra el virus respiratorio sincitial (VRS) parece estar teniendo dificultades para ser adoptada ampliamente, según reportan unos investigadores.

Durante la temporada 2023-24 del VRS, solo alrededor del 35 % de los bebés que podían recibir nirsevimab obtuvieron la inyección, según se publicó hoy en la revista Pediatrics.

Esta fue la primera temporada en la que esta vacuna de anticuerpos monoclonales estuvo disponible para los bebés, tras su aprobación por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos.

El equipo liderado por Mahaa Ahmed, gerente de proyectos de investigación clínica del Hospital Pediátrico de Filadelfia, destacó que los bebés con seguro público, de raza negra o que vivían en zonas con menos recursos eran mucho menos propensos a recibir nirsevimab.

El VRS es un virus común que generalmente provoca síntomas leves similares a un resfriado, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU., pero puede ser peligroso en bebés, siendo la causa más frecuente de neumonía y hospitalización en menores de un año.

Para enfrentar esta amenaza, la FDA aprobó en 2023 nirsevimab, un anticuerpo diseñado en laboratorio que protege a los bebés contra el VRS, comercializado como Beyfortus por Sanofi Pharmaceuticals.

La recomendación es administrar nirsevimab a todos los bebés menores de 8 meses y a los niños entre 8 y 19 meses con riesgo elevado de VRS grave, según los CDC.

Esta vacuna es una de dos opciones disponibles para proteger a los recién nacidos; la otra es una vacuna que se aplica a las mujeres embarazadas, y cuya protección se transmite al bebé.

En el estudio, los investigadores analizaron el uso de nirsevimab en 32 consultorios pediátricos en Pensilvania y Nueva Jersey, que atienden a más de 300,000 niños.

De más de 7,200 bebés elegibles durante la temporada inaugural, solo alrededor de 2,500 recibieron la vacuna, con una aceptación que varió entre el 20 % y el 65 % en las distintas clínicas.

Esta baja aceptación no se debió a rechazo de vacunas por parte de los padres, ya que el 84 % de los bebés estaban al día con sus vacunas a los 9 meses.

En total, el 39 % de los bebés completamente vacunados y el 22 % de los parcialmente vacunados recibieron nirsevimab.

Además, los bebés nacidos entre abril y julio tenían un 40 % menos de probabilidades de haber recibido la vacuna que aquellos nacidos en agosto y septiembre, posiblemente porque los bebés más pequeños visitan con mayor frecuencia al pediatra y tienen mayor riesgo de complicaciones por VRS.

Los investigadores señalaron que, aunque los bebés entre 6 y 12 meses también tienen un alto riesgo de hospitalización por VRS, puede ser clave aprovechar visitas médicas fuera de los controles rutinarios para administrar nirsevimab.

Se observó que los bebés negros tenían un 47 % menos de probabilidad de recibir nirsevimab en comparación con los blancos, mientras que los niños en situación de pobreza tenían un 30 % menos y aquellos con Medicaid o CHIP un 21 % menos.

Estas disparidades ocurrieron a pesar de contar con sistemas de apoyo clínico que recordaban a los médicos identificar a los pacientes elegibles.

Los investigadores sugieren que la baja aceptación pudo deberse a que, al ser una vacuna recién aprobada, padres y médicos no estaban seguros si el seguro cubriría el costo, lo que pudo generar dudas y rechazo.

Finalmente, señalaron la necesidad de realizar más estudios para verificar si esta baja aceptación se presenta en otras redes de salud y para entender mejor por qué algunos bebés tienen más probabilidad de recibir nirsevimab que otros.

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