Por qué el agua con gas puede (o no) ayudarte a perder peso

Las aguas carbonatadas han ganado popularidad entre quienes buscan controlar su peso, y una nueva investigación japonesa sugiere que podrían tener un leve impacto en la pérdida de peso al reducir temporalmente los niveles de azúcar en la sangre, lo que permite a las células quemar grasa de manera más eficiente entre comidas. Sin embargo, los beneficios parecen ser mínimos.

Principales hallazgos:

• Impacto modesto: Según el Dr. Akira Takahashi, autor del estudio publicado en BMJ Nutrition, Prevention & Health, el efecto de las aguas carbonatadas en el consumo de calorías es limitado y no suficiente para considerarlas una solución independiente para perder peso.
• Mecanismo potencial: El CO2 del agua carbonatada se absorbe en los vasos sanguíneos del estómago y podría reducir temporalmente los niveles de glucosa en sangre. Sin embargo, esta reducción no sería suficiente para una pérdida de peso significativa.
• Satisfacción y saciedad: Lori Welstead, dietista registrada, señala que las aguas con gas pueden ayudar a algunas personas a sentirse más llenas, lo que podría ser útil para quienes luchan contra el hambre mientras hacen dieta.

Contexto y opiniones:

• Estudios previos: Un pequeño estudio de 2017 sugirió que las bebidas carbonatadas podrían aumentar los niveles de grelina, la hormona del hambre, aunque estos resultados no se han replicado.
• Perspectiva del metabolismo: Keith Frayn, profesor emérito de metabolismo humano, explicó que los glóbulos rojos no pueden quemar completamente la glucosa, lo que limita el impacto metabólico de estas bebidas.

Recomendaciones:

• Consumo moderado: Beber una o dos aguas carbonatadas al día podría ser beneficioso para algunas personas, pero un consumo excesivo puede causar hinchazón, gases o malestar estomacal.
• Estrategia integral: Los expertos enfatizan que una dieta equilibrada y el ejercicio regular son esenciales para el control efectivo del peso.

En resumen, aunque las aguas carbonatadas pueden ofrecer beneficios leves, no deben considerarse un sustituto de hábitos saludables como una buena alimentación y actividad física.