¿Por qué sudas tanto? Descubre los posibles trastornos detrás de la sudoración excesiva

La hiperhidrosis, también llamada sudoración excesiva, es una condición en la que el cuerpo produce sudor más allá de lo necesario para regular la temperatura corporal. Esta afección afecta principalmente las manos, axilas, pies y rostro, aunque en algunos casos puede presentarse de manera generalizada.
Según el Instituto Europeo del Sueño, esta situación puede desencadenarse por factores emocionales como el estrés, la ansiedad o el miedo, y en ocasiones puede alterar el sueño, provocando insomnio.
La sudoración excesiva se clasifica en dos tipos principales: hiperhidrosis primaria e hiperhidrosis secundaria. La primera ocurre sin estar vinculada a ninguna enfermedad o medicamento, mientras que la segunda es consecuencia de trastornos metabólicos, cardíacos, endocrinos o algunos tipos de tumores.
Entre las causas comunes de sudoración nocturna se encuentran alteraciones hormonales como el hipertiroidismo o la menopausia, apnea del sueño y ciertos fármacos como los antidepresivos, señala el Instituto Europeo del Sueño.
Esta sudoración nocturna se caracteriza por episodios intensos y repetidos durante el descanso, capaces de empapar la ropa y las sábanas. Además, puede acompañarse de síntomas como ronquidos, fatiga diurna, cefaleas, pérdida inexplicada de peso o fiebre.
Cuando el sudor interfiere con el descanso o las actividades diarias, se recomienda consultar a un médico, pues podría ser señal de problemas de salud más graves.
El impacto de la hiperhidrosis no solo es físico, sino que también afecta la calidad de vida, dificultando el desempeño laboral y social debido al sudor excesivo que puede mojar la ropa, los utensilios e incluso el suelo. Además, puede generar mal olor y aumentar el riesgo de infecciones cutáneas.
Para quienes padecen esta condición, existen varias opciones para controlarla. El Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS) aconseja el uso de antitranspirantes fuertes, ropa suelta y prendas de fibras naturales para mitigar los síntomas. También se recomienda evitar el alcohol, alimentos picantes y bebidas con cafeína, ya que estos incrementan la sudoración.
En casos más severos, los especialistas pueden sugerir tratamientos como iontoforesis, inyecciones de toxina botulínica o cirugía para remover glándulas sudoríparas.
Detectar la hiperhidrosis a tiempo mediante un diagnóstico especializado facilita identificar causas ocultas y aplicar un tratamiento adecuado.
El Instituto Europeo del Sueño también sugiere para mejorar el descanso en personas con sudoración nocturna mantener buena ventilación, usar ropa de cama que repela el sudor, ducharse con agua fresca antes de dormir y reducir estrés y ansiedad.
Para prevenir y tratar las manchas de sudor en la ropa, Sweathelp.org recomienda aplicar una capa fina de antitranspirante antes de dormir, dejarlo secar completamente y, en caso de manchas, enjuagar con agua fría y pretratar con vinagre blanco, amoníaco o detergentes enzimáticos. Se aconseja lavar la ropa en agua caliente y evitar la secadora hasta eliminar las manchas.
El tratamiento tópico suele ser la primera línea para combatir la hiperhidrosis. Un estudio de la Universidad de Virginia señala que los antitranspirantes con cloruro de aluminio son muy eficaces para reducir el sudor en áreas como axilas, palmas y plantas de los pies.
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