La infección por Ascaris lumbricoides es una de las parasitosis intestinales más comunes en humanos, especialmente prevalente en regiones tropicales y en comunidades con acceso limitado a agua potable.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 800 millones de personas están infectadas en todo el mundo, aunque muchas no muestran síntomas visibles.
Ascaris lumbricoides es un gusano intestinal perteneciente al grupo de los nematodos. En su etapa adulta puede medir entre 15 y 35 centímetros y puede vivir varios meses en el intestino delgado, alimentándose de los nutrientes del hospedador.
Si bien algunas infecciones no presentan síntomas, otras pueden generar desde molestias digestivas leves hasta obstrucciones intestinales que pueden ser mortales.
Los grupos más vulnerables a esta infección son los niños, personas con sistemas inmunitarios debilitados y quienes habitan en zonas rurales sin acceso a saneamiento adecuado.
¿Cómo se transmite el Ascaris lumbricoides?
La infección ocurre por vía fecal-oral, generalmente al consumir agua contaminada o alimentos mal lavados que han estado en contacto con heces humanas. También puede contraerse al manipular tierra contaminada, haciendo que huertos y jardines sin higiene se conviertan en focos de contagio.
La falta de higiene, el consumo de agua sin tratar y la ausencia de sistemas de alcantarillado son factores determinantes en la propagación de esta lombriz.
Ciclo de vida del parásito en el huésped humano
Cuando los huevos microscópicos del parásito ingresan al cuerpo, eclosionan en el intestino y liberan larvas que migran hacia el hígado y luego a los pulmones. Durante 10 a 14 días, estas larvas pueden causar tos seca, fiebre leve o síntomas similares a la neumonía.
Después, las larvas suben por el tracto respiratorio hasta la garganta, donde son tragadas y regresan al intestino para madurar y reproducirse. Cada hembra adulta puede liberar hasta 200,000 huevos diarios, perpetuando el ciclo si no se toman medidas preventivas.
Síntomas en adultos y niños: señales para identificar la infección
Los síntomas varían según la etapa y la cantidad de parásitos. En la fase intestinal, pueden presentarse:
Durante la fase pulmonar, pueden aparecer:
En los niños, esta parasitosis puede provocar anemia, retraso en el crecimiento, fatiga constante y bajo rendimiento escolar. En casos severos, las lombrices pueden formar bloqueos intestinales que requieren cirugía.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico se realiza principalmente mediante el análisis de heces para detectar los huevos del parásito, aunque también puede descubrirse tras la expulsión espontánea de lombrices por vómito o en las heces.
El tratamiento antiparasitario es efectivo y accesible. Los medicamentos más comunes son:
Normalmente, con una dosis que dura entre uno y tres días es suficiente, aunque en algunas situaciones puede ser necesario repetirlo. En áreas endémicas, se recomienda la desparasitación periódica, especialmente en niños.
Prevención
Prevenir la infección por Ascaris lumbricoides requiere medidas simples pero eficaces: lavarse las manos con frecuencia, consumir agua potable, cocinar bien los alimentos y promover campañas comunitarias de desparasitación. También es crucial mejorar los sistemas de saneamiento e higiene, particularmente en zonas rurales y marginadas.
Aunque existen remedios caseros que se promocionan como tratamientos naturales contra los parásitos intestinales, los especialistas aconsejan acudir al médico para un diagnóstico y tratamiento seguros y confiables.