¿Qué es el síndrome del impostor y cómo afecta a los profesionales?

¿Alguna vez has sentido que tus éxitos se deben más a la suerte que a tu esfuerzo? Si es así, no estás solo. Un estudio reciente indica que el síndrome del impostor es un fenómeno muy común que afecta a gran parte de los profesionales. Conoce sus causas, sus variantes y, sobre todo, cómo superarlo para liberar todo tu potencial.
Septiembre de 2025 – En un entorno laboral cada vez más competitivo, el éxito suele vincularse con confianza plena y seguridad en uno mismo. Sin embargo, incluso los más talentosos pueden ser víctimas de un fenómeno psicológico silencioso: el síndrome del impostor.
Descrito por primera vez en 1978 por las psicólogas Pauline R. Clance y Suzanne A. Imes, este síndrome provoca que personas exitosas duden de sus capacidades y vivan con el temor constante de ser descubiertas como “fraudes”.
Originalmente, la investigación se enfocó en mujeres de alto rendimiento que, a pesar de sus logros evidentes, no podían reconocerlos como propios. Hoy sabemos que no discrimina por género ni posición laboral. Datos del estudio HAYS 2024 revelan que el 81% de los profesionales ha experimentado el síndrome del impostor en algún momento de su carrera, y un 38% de colaboradores en posiciones júnior o recién incorporados también lo ha vivido.
Tipos de impostores: ¿Con cuál te identificas? Aunque la OMS no lo clasifica como un trastorno mental, su impacto es real y tangible. Melhina Magaña, cofundadora y socia directora de Daucon, señala que afecta especialmente a personas de alto rendimiento, dificultándoles reconocer sus logros.
Valerie Young, experta en desarrollo profesional, identifica cinco tipos de impostores:
El perfeccionista: Su valor depende de la excelencia. Establece estándares inalcanzables y cualquier error confirma su “incompetencia”.
El experto: Siente que nunca sabe lo suficiente y teme ser descubierto, lo que lo lleva a buscar información constantemente.
El superhéroe: Se exige más de lo necesario para demostrar su valía, lo que puede derivar en agotamiento y descuido personal.
El individualista: Considera que pedir ayuda es un signo de debilidad, afrontando todos los retos solo.
El genio natural: Evalúa su éxito por la facilidad de lograrlo; si algo requiere esfuerzo, cree que no es lo suficientemente bueno.
Cómo pasar de la duda a la seguridad profesional Magaña explica que se puede manejar este síndrome mediante autoaceptación y reflexión. Recomienda un proceso en cuatro pasos:
Identifica: Reconoce y nombra tus emociones. Comprende que este fenómeno es común, incluso entre personas exitosas.
Reflexiona: Analiza tus miedos objetivamente. ¿Realmente hay pruebas de tu incapacidad? Probablemente tu trayectoria y logros demuestren lo contrario.
Interioriza: Reconoce tus éxitos y considéralos como evidencia de tu capacidad. Llevar un registro de logros puede servir como recordatorio tangible.
Fortalece: Rodéate de una red de apoyo que destaque tus fortalezas y te ayude a cambiar tu perspectiva.
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