Qué es la enfermedad metabólica por exceso de grasa? Claves médicas y tratamientos

La obesidad y el sobrepeso, originados por un desequilibrio entre la ingesta calórica y la actividad física, se han consolidado como un problema de salud a nivel mundial. Aunque el índice de masa corporal (IMC) sigue siendo una herramienta común para su diagnóstico, expertos advierten que este indicador no siempre refleja con precisión los riesgos derivados del exceso de grasa corporal.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), un IMC de 25 o más indica sobrepeso, y uno superior a 30, obesidad. No obstante, surge un nuevo enfoque centrado en la enfermedad metabólica asociada al exceso de adiposidad (EMEA), una condición más frecuente y con implicaciones clínicas más amplias.

Juana Carretero, presidenta de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), destaca que la grasa corporal puede perjudicar la salud al acumularse en órganos vitales como el corazón o el hígado, o al volverse inflamatoria. Los adipocitos agrandados generan una inflamación constante que puede desembocar en enfermedades como insuficiencia cardíaca o arritmias.

Para un diagnóstico más preciso, Carretero propone utilizar herramientas complementarias al IMC, como la bioimpedancia —que mide la composición corporal— y el perímetro abdominal. Además, recomienda clasificar a los pacientes según la presencia de enfermedades asociadas como diabetes tipo 2, insuficiencia cardíaca o afecciones renales.

José Pablo Miramontes, de la Universidad de Valladolid, señala que la obesidad perjudica la función renal a través de mecanismos inflamatorios y hemodinámicos, agravados por condiciones como la hipertensión y la diabetes. Asimismo, Pablo Pérez Martínez, de la Universidad de Córdoba, sostiene que la pérdida de peso mejora significativamente las alteraciones hepáticas asociadas al exceso de grasa.

En cuanto al tratamiento, las guías actuales aconsejan una reducción de peso superior al 10% para controlar las enfermedades relacionadas. Los nuevos medicamentos no solo promueven una pérdida efectiva de peso, sino que también mejoran el metabolismo y disminuyen la inflamación del tejido graso.

La doctora Carretero concluye que el manejo de la EMEA está entrando en una nueva etapa, con terapias más eficaces y seguras. Reconocer la adiposidad como un factor central en el desarrollo de enfermedades crónicas permite adoptar estrategias médicas más integrales y personalizadas.

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