Aunque las harinas suelen ser cuestionadas por su posible vinculación con el aumento de peso o enfermedades crónicas, no todas son iguales ni tienen el mismo impacto en la salud.
Expertos en nutrición señalan que algunas harinas pueden ser beneficiosas desde el punto de vista nutricional si se consumen en cantidades adecuadas y se prefieren las versiones integrales o sin refinar.
Desde Seguros SURA se destaca que las harinas forman parte de los carbohidratos esenciales para el organismo, necesarios para el correcto funcionamiento de órganos vitales como el cerebro y el corazón. Por ello, eliminarlas completamente de la dieta podría afectar el rendimiento tanto físico como mental.
El problema principal radica en el tipo de harina y su grado de procesamiento. Según el Laboratorio Alazor, las harinas refinadas pasan por procesos industriales que eliminan la mayor parte de su fibra y nutrientes, y tienen un alto índice glucémico, lo que provoca un rápido aumento del nivel de glucosa en sangre.
Peligros de consumir harinas refinadas
Un estudio de la Escuela de Salud Pública de Harvard indica que el consumo frecuente de harinas refinadas está vinculado con un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, obesidad, enfermedades cardíacas, ciertos tipos de cáncer e incluso infertilidad. Por esta razón, se recomienda elegir alternativas más naturales y nutritivas.
Harinas más saludables para una mejor alimentación
A diferencia de las harinas refinadas, existen otras que aportan fibra, proteínas y grasas saludables, sin provocar picos elevados de azúcar en la sangre. Estas harinas se obtienen a partir de semillas, frutos secos o legumbres y no contienen aditivos ni azúcares añadidos.
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Harina de almendra
Con un índice glucémico bajo, esta harina es ideal para quienes necesitan controlar sus niveles de glucosa. Además, aporta grasas saludables, vitamina E y proteínas. Puede elaborarse fácilmente en casa moliendo almendras peladas hasta obtener un polvo fino, siendo una excelente opción para repostería saludable.
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Harina de garbanzo
Reconocida por su alto contenido de proteínas, esta harina conserva las propiedades de la legumbre, como su lenta absorción y capacidad de generar saciedad. Es útil para empanizados, masas saladas o para preparar hummus casero.
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Harina de coco
Obtenida de la pulpa seca del coco después de extraer la leche vegetal, esta harina es naturalmente libre de gluten, rica en fibra y baja en carbohidratos. Se usa frecuentemente en recetas dulces como panqués, muffins o postres saludables.
Otras opciones saludables
También son recomendables harinas integrales como las de quinoa, centeno o arroz integral, siempre que se consuman con moderación y como parte de una dieta equilibrada. Combinar su consumo con ejercicio físico facilita el metabolismo de los carbohidratos y evita la acumulación de grasa.
Para aprovechar al máximo sus beneficios, es aconsejable consultar con un profesional en nutrición que pueda diseñar un plan alimenticio personalizado, ajustado a las necesidades y objetivos individuales.