San Luis Gonzaga: el joven noble que cambió un palacio por el servicio a los enfermos.
San Luis Gonzaga es un ejemplo luminoso de entrega y pureza en tiempos turbulentos. Hijo de una poderosa familia italiana, dejó atrás riquezas, títulos y privilegios para abrazar la vida religiosa y cuidar a los más necesitados durante una de las epidemias más devastadoras del siglo XVI. Su historia no solo inspira por su renuncia heroica, sino por la profunda fe con la que vivió cada día de su corta existencia.
Vida
Luis Gonzaga nació el 9 de marzo de 1568 en el castillo de Castiglione delle Stiviere, en el norte de Italia. Fue el primogénito del marqués Ferrante Gonzaga y, como tal, heredero de una importante casa noble. Desde muy niño fue formado en las artes militares, pues su padre deseaba convertirlo en un gran líder político y guerrero.
Sin embargo, Luis sentía una inquietud espiritual profunda. A los siete años hizo voto de castidad, y a los nueve comenzó a meditar y a rezar intensamente. La vida cortesana y los lujos nunca lo convencieron: su corazón ya pertenecía a Dios. A los 17 años, renunció formalmente a su título de nobleza en favor de su hermano menor y se unió a la Compañía de Jesús, los jesuitas, pese a la oposición de su familia.
Obra
Como jesuita, Luis se dedicó al estudio y a la oración, pero su mayor obra vino durante la peste que azotó Roma en 1591. Sin dudarlo, pidió permiso para atender a los enfermos en los hospitales, donde ayudaba a cargar cuerpos, lavar heridas y reconfortar a los moribundos. Fue en este servicio donde contrajo la enfermedad que finalmente lo llevó a la muerte el 21 de junio de 1591, a los 23 años.
Su vida fue tan ejemplar que fue canonizado en 1726 por el papa Benedicto XIII.
Patronazgo
San Luis Gonzaga es el patrono de la juventud católica, de los estudiantes y de quienes luchan por mantener la castidad. También es invocado como intercesor de los enfermos de sida y otras enfermedades infecciosas, por su dedicación a los contagiados durante la epidemia.
Su fiesta se celebra cada 21 de junio, recordando su amor radical por Cristo y su valentía al servicio de los más débiles.