Qué significa despertarse con terror en medio de la noche, según la psicología

Despertar en plena madrugada con un miedo intenso, acompañado de gritos, llanto o confusión, es una experiencia que puede afectar tanto a niños como a adultos de forma profunda.
Según MedlinePlus, el portal de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, los terrores nocturnos son trastornos del sueño en los que una persona se despierta repentinamente en un estado de gran terror.
Estos episodios ocurren de manera abrupta durante las fases profundas del sueño y se manifiestan con gritos, llanto, agitación, sudoración y aumento del ritmo cardíaco, mientras la persona se encuentra en un estado entre dormir y estar despierto, explica Mayo Clinic.
Quienes los padecen suelen tener los ojos abiertos con una expresión de miedo, sin reconocer el entorno, sin estar completamente despiertos ni responder fácilmente a consuelos.
Los terrores nocturnos pertenecen al grupo de parasomnias. La especialista Elena Urrestarazu Bolumburu, de la Universidad de Navarra, señala que estas alteraciones del sueño suelen ser benignas y más comunes en niños y adolescentes, aunque en algunos casos persisten en la edad adulta.
Tras el episodio, la persona generalmente vuelve a dormir profundamente y rara vez recuerda lo ocurrido al despertar.
A diferencia de las pesadillas, que ocurren en la segunda mitad de la noche durante el sueño REM y que se recuerdan al despertar, los terrores nocturnos aparecen en el primer tercio de la noche en sueño profundo y suelen no dejar memoria del evento, según MedlinePlus.
Durante estos episodios pueden darse conductas automáticas como sentarse en la cama o caminar sin responder a estímulos externos.
Otras parasomnias descritas por la Universidad de Navarra incluyen el sonambulismo y el despertar confusional, que también ocurren en sueño profundo y son difíciles de recordar. A veces, los terrores nocturnos se combinan con el sonambulismo, lo que permite que la persona camine sin consciencia.
Los signos más comunes de terrores nocturnos incluyen gritos, llanto, movimientos agitados de brazos y piernas, sudoración, taquicardia, respiración acelerada y enrojecimiento facial. El Instituto de Investigaciones del Sueño señala que la persona puede sentarse de repente, abrir los ojos con pánico y es difícil despertarla por completo; algunos incluso se levantan y caminan sin recordar nada después.
No hay una causa única para los terrores nocturnos, pero Mayo Clinic identifica factores como falta de sueño, agotamiento, cambios en los horarios, estrés intenso, fiebre y enfermedades del sueño como apnea o síndrome de piernas inquietas. También influyen medicamentos, trastornos emocionales como ansiedad o depresión, y el consumo de alcohol en adultos.
Existe además una predisposición genética, pues es común encontrar antecedentes familiares de parasomnias, según MedlinePlus.
Aunque en la mayoría de los casos los terrores nocturnos son inofensivos y desaparecen con el tiempo, pueden causar problemas como afectación emocional, bajo rendimiento diario, somnolencia, conflictos familiares, lesiones y vergüenza, advierte Mayo Clinic.
Si se presentan junto con sonambulismo, el riesgo de accidentes en casa aumenta tanto para la persona afectada como para quienes viven con ella.
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