¿Queso o imitación? Claves para reconocer el queso de plástico en el supermercado

En los supermercados es frecuente hallar productos que aparentan ser queso, pero en realidad no lo son. Se trata de los llamados “quesos de imitación” o “queso de plástico”, elaborados con aceites vegetales y almidones en lugar de leche. Su venta es legal siempre que se indique claramente en el etiquetado que son productos de imitación.

El queso verdadero se obtiene mediante la coagulación de la leche de vaca, cabra, oveja u otros animales, utilizando cuajo, prensado, salado y maduración. Este proceso le otorga su textura, aroma y sabor característicos, propios de variedades como panela, manchego o parmesano.

Por su parte, el queso análogo se elabora con ingredientes como aceite de palma, soya o coco, además de almidones, caseína, colorantes y saborizantes artificiales. Aunque imita la apariencia y consistencia del queso, carece de la complejidad nutricional y sensorial del producto lácteo original. Su principal ventaja es el bajo costo, razón por la cual se encuentra comúnmente en pizzas congeladas, botanas y alimentos procesados.

Cómo identificar el “queso de imitación”

Los especialistas recomiendan tres aspectos para reconocerlo al momento de comprar:

1. Etiqueta de ingredientes: si la leche no es el componente principal o aparecen términos como “grasa vegetal hidrogenada”, “aceite de palma” o “almidón modificado”, se trata de un sustituto.

2. Nombre comercial: la ley prohíbe venderlos como “queso” a secas. Suelen presentarse como “imitación de queso”, “preparación de queso” o “producto análogo”.

3. Aspecto físico: suele mostrar un brillo uniforme y textura gomosa. Al calentarse no forma hebras doradas, sino que se derrite en una masa aceitosa y pegajosa, con sabor plano o insípido.

Aunque estos productos no contienen plástico real, buscan simular al queso tradicional usando ingredientes más económicos. Por ello, es importante revisar el etiquetado cuidadosamente para asegurarse de adquirir un queso auténtico.