Reiteran las líneas de apoyo en salud mental
Por medio de la línea de vida se otorga una atención oportuna a quien lo requiera trabajando las 24/7

La salud mental ha cobrado cada vez más relevancia en el panorama de atención médica pública, y en ese sentido, la Jurisdicción Sanitaria de la región norte de Coahuila continúa reforzando sus canales de ayuda dirigidos a personas que enfrentan situaciones emocionales difíciles, trastornos psicológicos o pensamientos suicidas.
De acuerdo con Minerva Contreras, coordinadora del área de Salud Mental en la Jurisdicción Sanitaria, el compromiso por atender esta problemática se mantiene firme, con la disponibilidad permanente de servicios profesionales y el acceso gratuito a distintas vías de intervención para quienes atraviesan una crisis emocional o padecimientos relacionados con la salud mental.
Contreras recordó que una de las herramientas más importantes para la atención inmediata de casos críticos es la línea telefónica nacional de emergencias 911, que opera las 24 horas del día, los siete días de la semana. Esta línea no solo está habilitada para llamadas de auxilio físico, sino que cuenta con personal capacitado para brindar contención emocional en tiempo real, canalizando los casos que lo requieren hacia las instituciones correspondientes para su seguimiento clínico.
“El 911 no es solo para emergencias médicas o de seguridad. También se ha convertido en un canal de ayuda para quienes enfrentan momentos de crisis emocional. El personal que atiende estas llamadas está capacitado para escuchar, contener y orientar, lo cual puede hacer la diferencia en una situación límite”, explicó la funcionaria.
Asimismo, destacó que todos los centros de salud en la región cuentan con módulos de atención psicológica donde se pueden atender conductas suicidas, trastornos de ansiedad, depresión y otros padecimientos asociados. Estos espacios son atendidos por profesionales que aplican diversas estrategias de intervención con el objetivo de ofrecer herramientas emocionales a quienes así lo requieran.
Además del tratamiento individualizado, también se imparten pláticas grupales, talleres de contención y dinámicas de concientización en escuelas, centros comunitarios y colonias vulnerables, buscando desestigmatizar los trastornos mentales y generar una cultura de atención preventiva. Se trata de acercar la salud mental a la comunidad como una necesidad legítima y no como un tema tabú.
En lo referente al suicidio, Contreras subrayó que se trata de una problemática compleja, de carácter multifactorial, que no puede abordarse desde una sola perspectiva. Las causas que llevan a una persona a considerar o intentar quitarse la vida son diversas, y van desde problemas emocionales, enfermedades mentales, situaciones económicas adversas, experiencias traumáticas no resueltas, consumo de sustancias o carencia de redes de apoyo emocional.
“Es erróneo pensar que el suicidio puede entenderse con una explicación simple. Cada caso es único. Por eso se requiere de un abordaje interdisciplinario, que involucre a la familia, los entornos sociales y, por supuesto, a los profesionales de la salud”, señaló.
Durante el año, el sector salud ha intensificado sus campañas informativas enfocadas en la detección temprana de señales de alerta, tales como el aislamiento social, cambios drásticos de comportamiento, expresiones de desesperanza o la verbalización de ideas suicidas. A través de estas campañas se busca que familiares, amigos o compañeros de trabajo puedan identificar a tiempo a una persona en riesgo y canalizarla al servicio médico correspondiente.
Uno de los retos más grandes que enfrenta el sector salud es el estigma que todavía existe en torno a la salud mental. Muchas personas, por vergüenza o por temor al juicio social, no se atreven a solicitar ayuda, lo que impide que reciban atención oportuna y adecuada. “Aún hay quien piensa que ir al psicólogo o al psiquiatra es sinónimo de debilidad. Esa mentalidad tiene que cambiar. Pedir ayuda es un acto de valentía y una forma de cuidarse”, apuntó Contreras.
En ese mismo sentido, se están promoviendo convenios con escuelas, empresas y dependencias gubernamentales para crear entornos laborales y académicos emocionalmente seguros, donde se detecten situaciones de riesgo y se canalicen de manera correcta. La salud mental no solo se atiende en el consultorio, sino que también se construye desde los espacios cotidianos.
Por otro lado, el área de Salud Mental también participa activamente en la capacitación del personal de salud general, para que médicos, enfermeras y personal administrativo sepan identificar síntomas de trastornos psicológicos y puedan derivar correctamente a los pacientes, evitando diagnósticos erróneos o subestimación del padecimiento.
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