Riesgos de demencia podrían afectar la memoria desde los 20 años, según un estudio

Un estudio publicado en mayo en The Lancet: Regional Health Americas ha revelado que los factores de riesgo asociados con la demencia podrían comenzar a afectar las funciones cognitivas desde la segunda y tercera década de vida.

La investigación, enfocada en adultos jóvenes de entre 24 y 44 años, encontró una relación directa entre estos factores y un rendimiento cognitivo inferior en pruebas de memoria y pensamiento.

Los autores del estudio destacan que estos hallazgos suponen un avance importante en la comprensión de los factores que predisponen a la enfermedad de Alzheimer y otros tipos de demencia. Allison Aiello, profesora de epidemiología en el Centro de Envejecimiento de la Universidad de Columbia, señaló que la mayoría de las investigaciones anteriores se habían centrado en personas mayores de 50 años. "Nuestros resultados muestran que los factores de riesgo y ciertos biomarcadores comienzan a influir en la función cognitiva mucho antes de la mediana edad", comentó Aiello.

La detección temprana de estos signos podría abrir nuevas posibilidades para estrategias de prevención y manejo dirigidas a personas jóvenes y saludables.

El estudio utilizó la puntuación CAIDE (Factores de Riesgo Cardiovascular, Envejecimiento e Incidencia de Demencia) para evaluar aspectos como el nivel educativo, el sexo, la presión arterial, el colesterol, la actividad física y el índice de masa corporal (IMC). Aquellos con puntuaciones más altas en CAIDE tendieron a obtener un peor rendimiento cognitivo en las pruebas realizadas.

Además, se identificaron biomarcadores relacionados con el Alzheimer, como las proteínas beta amiloide y tau, en personas de 40 años o incluso antes. Estos marcadores, junto con indicadores vinculados a la salud cardiovascular e inmunológica, se asociaron directamente con el rendimiento cerebral.

"Factores como la salud del corazón y los niveles de los biomarcadores ATN (amiloide, tau y neurodegeneración) tienen un impacto temprano sobre la función cognitiva", agregó Aiello, enfatizando la necesidad de vigilar la salud cognitiva desde etapas tempranas de la vida.

La investigación se basó en datos de un proyecto longitudinal iniciado en 1994-1995, que ha seguido a participantes desde la adolescencia hasta la adultez. Las evaluaciones se realizaron en dos etapas clave: entre los 24 y 34 años, y entre los 34 y 44 años. Los resultados mostraron que las puntuaciones elevadas de CAIDE se correlacionaban con un menor rendimiento cognitivo, apoyando la idea de que los factores de riesgo de la demencia empiezan a influir varias décadas antes de que los síntomas clínicos aparezcan.

Los investigadores también señalaron que los biomarcadores ATN detectados en sangre estaban relacionados con un rendimiento cerebral reducido mucho antes de la mediana edad.

Este estudio resalta la importancia de implementar estrategias preventivas en fases tempranas de la vida. La detección de biomarcadores y la gestión de factores de riesgo podrían convertirse en herramientas clave para frenar el aumento de la demencia en las próximas décadas. "Identificar estas señales de advertencia con antelación podría cambiar el panorama de la enfermedad", concluyeron los investigadores.