El Superclásico de la fecha 15 del Torneo Apertura fue memorable por el contexto, el horario, el clima y, por supuesto, el fútbol.
River Plate derrotó 2-1 a Boca Juniors en un Monumental colmado por más de 85,000 hinchas, quienes celebraron tanto el resultado como el espectáculo brindado. Este tipo de partidos son lo que el fútbol argentino necesita, con una intensidad competitiva única y momentos de talento como el de Franco Mastantuono en el primer gol, que ya quedó grabado en la historia de este duelo.
River protagonizó su mejor actuación colectiva del año justo cuando más lo necesitaba. Aunque había mostrado signos de mejora en partidos previos, como contra Gimnasia e Independiente del Valle, el domingo demostró una versión más completa. El equipo se mostró dominador, no solo por salir a protagonizar, sino por saber cuándo acelerar y cuándo esperar, especialmente después de ponerse en ventaja.
El ingreso de Giuliano Galoppo en el mediocampo resultó clave, hasta que salió lesionado, y Maxi Meza lo reemplazó. Enzo Pérez, con su inteligencia y liderazgo, fue la figura del clásico y recibió una gran ovación al salir agotado. Por su parte, Kevin Castaño, con su estilo y carácter, se asentó rápidamente en el equipo, aportando con pases verticales que cambiaron la dinámica del juego.
El brillo de Mastantuono fue lo más destacado del partido. A los 17 años, anotó un gol espectacular ante Boca, que le dio aún más brillo a su prometedora carrera. Este Superclásico será recordado como otro paso en el desarrollo de un talento generacional con un futuro brillante por delante.
Por otro lado, el problema de River con la falta de gol parece resolverse, gracias en parte a Sebastián Driussi, quien se ha adaptado al fútbol argentino y lleva tres goles consecutivos. Tener un jugador así genera más confianza en todo el equipo.
Boca, por su parte, arriesgó con una línea de cinco y un plan de contragolpe que le funcionó de manera intermitente. Aunque el visitante aprovechó algunos errores de River, como en el gol del empate de Miguel Merentiel, nunca pudo imponer su juego. En el segundo tiempo, Boca se mostró más obligado, pero no logró tomar el control del partido.
Este triunfo de River no solo les da tres puntos importantes en la tabla, sino que les da un gran impulso anímico de cara a lo que queda de la temporada, con la CONMEBOL Libertadores y el Mundial de clubes en el horizonte.