Rusia reconoce oficialmente a talibanes como gobierno
Rusia reconoce oficialmente a los talibanes como gobierno afgano, desafiando los esfuerzos internacionales por la paz, según advierte la Unión Europea.
La Unión Europea advirtió que el reconocimiento oficial de Rusia al gobierno talibán socava los esfuerzos internacionales por lograr paz en Afganistán.
Rusia se convirtió en el primer país en reconocer oficialmente a los talibanes como el gobierno legítimo de Afganistán, al aceptar las credenciales de un nuevo embajador afgano en Moscú designado por las autoridades de facto talibanes. La decisión fue impulsada por el presidente Vladímir Putin, tras la recomendación del ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, y ocurre semanas después de que el grupo fuera retirado de la lista rusa de organizaciones terroristas.
UE advierte sobre impacto internacional
Desde Bruselas, el portavoz de la Comisión Europea, Anouar El Anouni, expresó que el reconocimiento socava los esfuerzos globales por lograr una solución estable para Afganistán. Subrayó que la implicación de la Unión Europea con los talibanes será “cuidadosamente calibrada” conforme al comportamiento político del grupo y su respeto a los derechos humanos y normas internacionales.
Contexto y relaciones previas entre Rusia y los talibanes
Rusia ha mantenido contactos diplomáticos con los talibanes desde antes de su regreso al poder en 2021, y los ha recibido en Moscú en múltiples ocasiones. En 2018, representantes talibanes visitaron la capital rusa tras declarar la guerra al Estado Islámico.
En los últimos meses, Moscú ha manifestado su intención de cooperar con el gobierno talibán en temas de seguridad, comercio y lucha contra el terrorismo, buscando estabilidad regional y reforzar su influencia política en Asia Central.
Implicaciones geopolíticas
La decisión de Moscú ocurre en un momento en que el Kremlin enfrenta tensiones diplomáticas con países como Siria, Irán y Azerbaiyán. Al reconocer a los talibanes, Rusia refuerza su presencia estratégica en Asia, pero también aumenta la distancia con Occidente, que aún no otorga legitimidad formal al régimen talibán.
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