Saldrán peregrinos a la Basílica de Guadalupe
El Obispo de la Diócesis de Piedras Negras oficializará la misa acompañado de diversas comunidades.

Como cada año, la comunidad católica de Piedras Negras se prepara con fervor y devoción para llevar a cabo una de las manifestaciones de fe más significativas de su calendario religioso: la peregrinación a la Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México. Esta tradición, profundamente arraigada entre los fieles, representa no solo una expresión de espiritualidad, sino también un acto de unidad y esperanza colectiva.
La Diócesis de Piedras Negras ha confirmado que la peregrinación se llevará a cabo el próximo 15 de julio, fecha en la que un numeroso contingente de creyentes acudirá al santuario mariano más visitado del continente. La visita a la Basílica, que alberga la imagen de la Virgen de Guadalupe, es considerada por muchos como una oportunidad para cumplir promesas, presentar agradecimientos o simplemente renovar su fe en el marco de una celebración que trasciende lo religioso para convertirse en un fenómeno social y cultural de gran calado.
El Obispo Alfonso Miranda Guardiola, quien ha impulsado esta peregrinación como parte del fortalecimiento espiritual de la diócesis, será el encargado de oficiar la Santa Eucaristía durante la visita. En esta ceremonia, que se celebrará en el altar mayor del recinto, se elevarán oraciones por las necesidades de la región, así como por las peticiones personales y familiares de cada uno de los asistentes. De acuerdo con el prelado, la intención es que esta peregrinación no solo sea un acto de fe, sino también una experiencia de renovación interior y compromiso comunitario.
“La Basílica de Guadalupe es un lugar que inspira y reconforta. Es allí donde muchas personas encuentran consuelo, esperanza y fuerza para seguir adelante. Como Iglesia, queremos acompañar a los fieles en ese camino, tanto físico como espiritual, hacia el corazón de la Virgen”, expresó el obispo en una reciente comunicación pastoral.
La peregrinación, además de tener un profundo sentido religioso, implica una logística compleja, ya que cientos de personas se trasladarán desde Coahuila hasta la capital del país. Por ello, la diócesis ha trabajado en coordinación con diversas parroquias para organizar el transporte, la alimentación y la seguridad de los peregrinos, con el objetivo de que esta experiencia se desarrolle de manera ordenada, respetuosa y segura para todos.
Cabe recordar que la Basílica de Guadalupe es uno de los centros de peregrinación más importantes del mundo. Cada año, millones de personas acuden al cerro del Tepeyac, donde según la tradición católica, la Virgen María se apareció en 1531 al indígena Juan Diego. La imagen que se venera en el recinto ha sido motivo de fe, estudio y devoción durante siglos, convirtiéndose en un símbolo de identidad religiosa para México y América Latina.
La peregrinación de la Diócesis de Piedras Negras se suma así a una larga lista de fieles provenientes de distintas partes del país y del extranjero, quienes, impulsados por su fe, emprenden el camino hacia la Morenita del Tepeyac. Algunos lo hacen en autobús, otros a pie, en bicicleta o incluso corriendo, cada quien llevando consigo sus propias razones, historias y esperanzas.
Para muchos de los participantes, esta peregrinación representa un espacio de reflexión y comunión, alejado del bullicio cotidiano, donde se vive un encuentro íntimo con Dios y con la Virgen. Es también una oportunidad para fortalecer los lazos entre los fieles, compartir experiencias de vida y recordar que, en medio de los desafíos sociales y personales, siempre hay espacio para la esperanza.
Además, la celebración eucarística que encabezará el obispo Alfonso Miranda será una ocasión especial, no solo por el significado del lugar, sino porque permitirá representar a toda la diócesis en uno de los altares más emblemáticos del catolicismo. En dicha misa, se orará por la paz, por el bienestar de las familias, por la salud de los enfermos y por el fortalecimiento de la comunidad religiosa en el norte del país.
En los días previos al viaje, las distintas parroquias de Piedras Negras han promovido momentos de oración y preparación espiritual para quienes participarán en la peregrinación. También se han impartido pláticas informativas para resolver dudas logísticas y garantizar el bienestar de los viajeros.
Este año, la peregrinación cobra un sentido aún más especial, pues se realiza en un contexto social complejo, marcado por la incertidumbre económica, los conflictos internacionales y la búsqueda constante de sentido y orientación espiritual. La fe, en este escenario, se convierte en un ancla para muchos, y el acto de peregrinar en comunidad se transforma en una expresión de resistencia, unidad y amor.
Al cierre de esta jornada espiritual, los peregrinos regresarán a casa llevando consigo no solo el recuerdo de haber estado frente a la Virgen de Guadalupe, sino también la certeza de que la fe compartida tiene un poder transformador, capaz de generar comunidad y de impulsar un compromiso más profundo con los valores cristianos en la vida cotidiana.
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