Sarampión: ¿Cómo hacer frente al aumento del número de casos?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene como uno de sus objetivos prioritarios erradicar el sarampión, considerada la enfermedad más contagiosa entre las que pueden evitarse mediante vacunación.
Sin embargo, los datos recientes del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) muestran que la transmisión del sarampión continúa en la Unión Europea, con un notable aumento en el número de casos reportados desde 2023, después de un periodo de baja incidencia durante la pandemia de COVID-19.
¿Qué acciones podemos tomar para detener su avance?
Primero, es importante entender bien la enfermedad. El sarampión se manifiesta con lesiones en la piel y es causado por un virus que solo se encuentra en personas infectadas, quienes son la única fuente de contagio.
La enfermedad se transmite de una persona enferma a otra susceptible a través del aire, mediante gotitas respiratorias expulsadas al hablar, toser o estornudar, o por contacto directo con secreciones nasales o de la garganta.
Para diagnosticar el sarampión clínicamente, es necesario que el paciente presente un exantema maculopapular (una erupción que combina manchas planas y pequeñas protuberancias), fiebre y al menos uno de estos síntomas: tos, secreción nasal o conjuntivitis.
En personas vacunadas que hayan estado en contacto con un caso, la probabilidad de enfermar es muy baja. Si llegaran a infectarse, los síntomas suelen ser más leves o incluso pueden no manifestarse, por lo que se debe estar alerta especialmente en estos casos.
Esta situación es común entre el personal sanitario, aunque la inmunidad previa suele acortar el tiempo que pueden transmitir el virus.
Las complicaciones del sarampión ocurren en cerca del 30 % de los casos, principalmente en niños menores de cinco años, adultos y personas con sistemas inmunitarios debilitados. Entre las complicaciones más frecuentes están la neumonía, la otitis y la diarrea, y en menor medida, la encefalitis.
Incremento en los casos
Como se mencionó, el sarampión está aumentando en Europa: entre febrero de 2024 y enero de 2025 se registraron más de 30,000 casos en la Unión Europea, con países como Rumanía, Italia, Alemania, Bélgica y Austria liderando las cifras.
España, que lleva desde 2016 en un proceso para eliminar el sarampión, cuenta con un Plan Estratégico para este fin. Aunque los casos permanecieron bajos hasta finales de 2022, desde entonces han aumentado notablemente los casos importados, provocando brotes secundarios.
Hasta mayo de 2025, se confirmaron más de 200 casos en España, principalmente relacionados con viajes internacionales a países con brotes importantes, como Marruecos y Rumanía, donde las tasas de vacunación son insuficientes.
Un estudio seroepidemiológico realizado en España en 2017-2018 mostró que la mayoría de la población tiene niveles protectores de anticuerpos, ya sea por enfermedad previa o vacunación, excepto en personas nacidas entre 1988 y 1997, donde la protección disminuye al 88 %, y aún más en población extranjera de esos grupos, al 78 %.
Vigilancia y vacunación: las claves para eliminar el sarampión
La vacunación es la medida preventiva más eficaz contra el sarampión. En España, la vacunación sistemática comenzó en 1978 y en 1981 se introdujo la vacuna triple vírica, que protege contra sarampión, rubéola y parotiditis. Actualmente, la cobertura con dos dosis en niños supera el 94 %, muy cerca del 95 % necesario para mantener la eliminación.
Para mantener estos niveles de protección, se recomienda:
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Aplicar las dos dosis de vacuna a los niños.
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Verificar y completar el esquema de vacunación con dos dosis en todas las personas nacidas a partir de 1978 que no hayan tenido la enfermedad.
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Actualizar el calendario de vacunación en el primer contacto sanitario de personas provenientes de otros países o regiones.
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Revisar y completar la vacunación antes de realizar viajes, especialmente a zonas con alta incidencia, pudiendo adelantar la vacunación en niños si es necesario.
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Asegurar la vacunación del personal sanitario, sin necesidad de una tercera dosis si ya han recibido dos.
¿Qué hacer si se sospecha un caso?
Las personas que sospechen tener sarampión deben:
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Aislarse en casa de manera inmediata y estricta.
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Usar mascarilla quirúrgica adecuadamente.
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Contactar por teléfono a su médico de atención primaria.
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Seguir las indicaciones médicas.
Por su parte, los profesionales sanitarios deben:
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Considerar el diagnóstico de sarampión en pacientes con fiebre y erupción.
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Aislar al paciente y usar mascarilla.
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Seguir protocolos de prevención si han estado expuestos.
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Reportar urgentemente los casos sospechosos a los servicios de vigilancia epidemiológica.
Finalmente, los servicios de vigilancia deben:
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Coordinar la confirmación y aislamiento de casos.
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Revisar y completar la vacunación de contactos.
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Investigar brotes y promover el genotipado de virus.
Conclusión para detener su propagación
El aumento de brotes y casos importados en España indica que es necesario mejorar las coberturas de vacunación. Estar inmunizado, ya sea por haber tenido la enfermedad o por recibir las dos dosis, brinda protección sólida.
Además, el aislamiento y el uso adecuado de mascarilla son medidas efectivas para evitar el contagio. Con la circulación creciente del sarampión a nivel mundial, quienes no estén correctamente vacunados corren el riesgo de enfermarse y deberían protegerse mediante la vacunación.
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