Señales de alerta: Cansancio, antojos y cabello débil podrían indicar deficiencia de hierro

La fatiga, los antojos poco comunes y la caída del cabello pueden ser señales de una deficiencia que afecta tanto la salud física como la mental. La carencia de hierro es un problema que afecta a millones de personas y muchas veces pasa desapercibida durante años.
Según Women’s Health, esta deficiencia es especialmente frecuente en mujeres, quienes tienen un mayor riesgo debido a factores fisiológicos y reproductivos. Detectarla a tiempo es fundamental para evitar complicaciones como la anemia, señaló el Dr. Imo J. Akpan, hematólogo del Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia/Presbiteriano en Nueva York.
El hierro cumple una función esencial en el organismo, ya que participa en la producción de hemoglobina, la proteína encargada de transportar oxígeno en los glóbulos rojos, y también forma parte de la mioglobina, que suministra oxígeno a los músculos, según el Instituto Nacional de Salud de EE. UU., citado por Women’s Health.
El cuerpo almacena hierro en forma de ferritina, utilizando estas reservas cuando hay déficit, siendo la alimentación la principal fuente para reponerlo. A pesar de su abundancia natural, la deficiencia de hierro es una de las carencias nutricionales más comunes.
Un informe de JAMA Open Network indica que el 14% de los adultos estadounidenses tienen niveles bajos de hierro, cifra que aumenta al 34% en mujeres de entre 18 y 50 años, según Women’s Health.
La menstruación y el embarazo son factores que incrementan la pérdida de hierro y aumentan el riesgo de déficit. El Dr. Akpan advirtió que muchas personas pueden vivir con esta deficiencia durante años sin darse cuenta, lo que eleva el riesgo de anemia, fatiga constante, problemas cognitivos y deterioro físico.
Las dietas vegetarianas y ciertos trastornos digestivos pueden dificultar la absorción del hierro, lo que incrementa las posibilidades de anemia y otros problemas de salud.
Detectar la deficiencia no siempre es sencillo, ya que sus síntomas pueden ser sutiles. Entre los signos más comunes están el cansancio extremo, mareos, caída del cabello, antojos de hielo, dolor en el pecho, dificultad para respirar, alteraciones del estado de ánimo y síndrome de piernas inquietas. Según expertos citados por Women’s Health, estos síntomas justifican una consulta médica, ya que afectan significativamente la calidad de vida.
El diagnóstico se realiza mediante análisis de sangre que miden los niveles de ferritina. En mujeres, un valor menor a 30 nanogramos por mililitro indica deficiencia, según explicó el Dr. Akpan. Las causas pueden ser una ingesta insuficiente o pérdidas elevadas, como las producidas por la menstruación o problemas digestivos.
La Dra. Keri Peterson, médica internista y asesora del Consejo de la Casa Blanca, explicó a Women’s Health que las dietas vegetarianas o veganas dificultan la absorción del hierro. Además, afecciones como la celiaquía, la enfermedad de Crohn, el síndrome del intestino irritable o la cirugía bariátrica también afectan su absorción.
Algunos medicamentos, así como el consumo de café, té y calcio, interfieren con la absorción del mineral, mientras que la vitamina C ayuda a mejorarla.
La anemia es la consecuencia más conocida, pero no la única. Un estudio citado por Women’s Health vinculó la deficiencia de hierro con un mayor riesgo de mortalidad general, incluso en personas sin síntomas.
En mujeres embarazadas, la falta de hierro puede ocasionar parto prematuro, bajo peso en el bebé y problemas en la placenta, según una investigación publicada en Nutrients. Por eso, se recomienda medir la ferritina al inicio del embarazo.
Para recuperar los niveles de hierro, la alimentación es fundamental. Las fuentes animales incluyen carne de res, pollo, cordero, jamón, pavo y huevos, mientras que las fuentes vegetales abarcan lentejas, garbanzos, frijoles secos, espinacas, almendras, semillas de girasol y brócoli. También ayudan los cereales fortificados y el jugo de ciruela pasa.
El Instituto Nacional de Salud recomienda una ingesta diaria de 18 miligramos para mujeres de entre 19 y 50 años, y en muchos casos, una dieta equilibrada es suficiente para cubrir esta necesidad.
Cuando la dieta no alcanza, los suplementos de hierro pueden ser necesarios, siempre bajo supervisión médica, ya que pueden ocasionar efectos secundarios como estreñimiento, diarrea o sabor metálico.
En casos más complejos o cuando hay intolerancia a los comprimidos, se recurre a tratamientos intravenosos, que permiten reponer las reservas de hierro con un solo procedimiento. No obstante, esta opción puede ser costosa y no siempre está cubierta por los seguros médicos, explicó la Dra. Peterson.
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