Síntomas de infecciones vaginales en el embarazo: Aprende a identificarlos y tratarlos eficazmente

Durante el embarazo, las infecciones vaginales son frecuentes debido a los cambios hormonales propios de esta etapa, según señala la Asociación Americana del Embarazo. Entre estas afecciones, la candidiasis vaginal es la más habitual, causada por hongos y favorecida por el entorno hormonal del cuerpo gestante.

Los síntomas más comunes incluyen un flujo espeso, blanco y con una textura parecida al requesón, acompañado de un olor similar al de la levadura o pan. En ciertos casos, el flujo puede tomar un tono verdoso o amarillento con las mismas características. Además, puede haber picazón, ardor al orinar o durante las relaciones sexuales, enrojecimiento e inflamación de los labios vaginales.

Ante la presencia de estos síntomas, es esencial acudir al médico para confirmar el diagnóstico y recibir el tratamiento más adecuado. Según la Clínica Mayo, el tratamiento de estas infecciones durante el embarazo es seguro, siempre que se utilicen los medicamentos prescritos por un especialista. Los más recomendados son cremas antimicóticas y supositorios vaginales, con principios activos como clotrimazol, miconazol y terconazol, considerados seguros tanto para la madre como para el bebé.

Aunque muchos de estos medicamentos están disponibles sin receta, solo el médico puede indicar la dosis y duración correcta del tratamiento, asegurando así su eficacia y seguridad.

Recomendaciones para prevenir infecciones vaginales en el embarazo:

• Usar ropa interior de algodón y prendas sueltas que favorezcan la ventilación.

• Secar bien la zona genital, incluso con aire frío, después del baño.

• Mantener una buena higiene, limpiando de adelante hacia atrás tras ir al baño.

• Evitar productos irritantes, como duchas vaginales, aerosoles, jabones perfumados o papel higiénico con fragancia o colorante.

• Reducir el consumo de azúcar, ya que promueve el crecimiento de hongos.

• Cambiarse rápidamente la ropa húmeda, como trajes de baño o ropa de ejercicio.

• Descansar adecuadamente, para fortalecer el sistema inmune.

Por último, aunque estas medidas pueden ayudar a prevenir infecciones, no sustituyen la atención médica especializada. Ante cualquier molestia o síntoma, es fundamental acudir al ginecólogo para recibir una evaluación adecuada.

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