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¿Te cuesta empezar a entrenar? No es falta de voluntad: es falta de estrategia

ENFERMEDADES
Redacción El Tiempo
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¿Sientes que tu motivación para hacer ejercicio desaparece cada vez que suena la alarma? ¿La pereza te gana antes de siquiera ponerte los tenis? No estás solo, y no es cuestión de falta de fuerza de voluntad, sino de contar con un método inteligente para crear hábitos.

La psicología del comportamiento demuestra que la constancia no depende solo de las ganas, sino de cómo organizamos nuestros ambientes, rutinas y recompensas.

Si en algún momento te has sentido frustrado por no lograr mantener un plan de entrenamiento, estas estrategias te ayudarán a dejar la procrastinación atrás y convertir el ejercicio en una parte automática de tu vida diaria.

Aquí te comparto 7 técnicas efectivas para que entrenar deje de ser una batalla y se vuelva un hábito natural:

  1. Descubre tu verdadero motivo
    La motivación suele ser débil y pasajera. Lo que realmente sostiene hábitos duraderos es tener un propósito profundo. En lugar de enfocarte en metas generales como "bajar de peso" o "estar en forma", conecta con razones personales que te inspiren de verdad.
    Consejo práctico: Pregúntate por qué quieres ejercitarte realmente. Tal vez sea para tener energía y jugar con tus hijos, sentirte más fuerte o cuidar tu salud mental. Escribe ese motivo y colócalo en un lugar visible. Esa razón te apoyará incluso en los días difíciles.

  2. Hazlo tan sencillo que no puedas fallar
    Un error común es querer hacer demasiado desde el principio. Intentar entrenar cinco veces a la semana de golpe suele ser insostenible. Lo ideal es empezar con pasos tan pequeños que sea imposible decir que no.
    Consejo práctico: Aplica la regla de los dos minutos. No te comprometas a entrenar 45 minutos, solo ponte la ropa deportiva. Cuando lo hagas, lo demás será más fácil. Puedes comenzar con una caminata corta o estiramientos breves. Lo importante es crear el hábito de comenzar.

  3. Prepara tu entorno para que te facilite el ejercicio
    El ambiente físico influye mucho más de lo que crees. Facilitar que la opción saludable esté a la mano ayuda a mantener el hábito sin depender únicamente de la fuerza de voluntad.
    Consejos prácticos:

  • Deja tu ropa deportiva lista la noche anterior.

  • Si entrenas en casa, ten el tapete o las pesas a la vista.

  • Minimiza distracciones: guarda el control remoto, silencia notificaciones o aparta lo que te invite a no moverte.

  1. Aprovecha el ciclo del hábito: señal, rutina y recompensa
    Todo hábito se forma con un ciclo: un disparador, la acción y una recompensa. El truco está en diseñar este ciclo de forma consciente para que el ejercicio se vuelva algo natural.
    Consejos prácticos:

  • Señal: escoge un disparador claro, como “después del café” o “al llegar a casa”.

  • Rutina: haz tu entrenamiento, aunque sea corto.

  • Recompensa: date un premio inmediato, como escuchar un podcast, tomar una ducha relajante o marcar la actividad en tu calendario.

  1. Entrena con alguien más para aumentar tu compromiso
    No subestimes el poder de la responsabilidad compartida. Hacer ejercicio acompañado aumenta mucho las chances de cumplir tu rutina.
    Consejo práctico: Encuentra un compañero, únete a una clase grupal o contrata un entrenador. Saber que alguien te espera crea un compromiso más difícil de romper.

  2. Prioriza la constancia por encima de la intensidad
    Lo importante es ser regular. Aunque tengas un mal día, haz algo, por pequeño que sea, para mantenerte activo y fortalecer el hábito.
    Consejo práctico: Si no tienes ganas, haz una versión corta: camina 15 minutos en vez de correr, o haz estiramientos en lugar de ejercicios de fuerza. Lo que importa es no romper la cadena y mantener la idea de “soy alguien que se mueve todos los días”.

  3. Sé flexible y compasivo contigo mismo
    La rigidez y el perfeccionismo suelen sabotear más los hábitos que la pereza. Habrá días en que no puedas entrenar, y está bien.
    Consejo práctico: Acepta que pueden haber recaídas. En lugar de castigarte, retoma el hábito al día siguiente sin culpas. Trátate con la misma amabilidad que le mostrarías a un buen amigo. La constancia a largo plazo se basa en la autocompasión, no en la culpa.

Conclusión: no necesitas más motivación, sino un mejor sistema
Dejar de postergar el ejercicio no se trata de tener más fuerza de voluntad, sino de implementar principios que hagan del movimiento algo natural en tu rutina.

¿Con cuál de estas técnicas vas a empezar hoy? Comparte tu plan en los comentarios y pasa este artículo a quien también necesite un empujón para comenzar a moverse.

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