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Te deja impactado vivir la guerra que se desata entre Israel e Irán

El matrimonio acudió a un viaje misionero a Israel y tuvieron que refugiarse en el bunker por los misiles lanzados

Te deja impactado vivir la guerra que se desata entre Israel e Irán : El matrimonio acudió a un viaje misionero a Israel y tuvieron que refugiarse en el bunker por los misiles lanzados
José Gaytán
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Lo que comenzó como una misión espiritual por tierras sagradas se convirtió, inesperadamente, en una experiencia de vida marcada por el miedo, la incertidumbre y la gratitud. Issac Ruiz y Johana Treviño, un matrimonio originario de Piedras Negras, habían emprendido un viaje misionero a Israel con el objetivo de compartir su fe, conocer lugares bíblicos y profundizar en su espiritualidad. Sin embargo, en medio de ese propósito se encontraron con la crudeza del conflicto armado que se vive en el Medio Oriente, específicamente entre Israel e Irán.

Estar en un país en guerra no es algo que se pueda prever ni explicar del todo hasta vivirlo en carne propia. Así lo describen Issac y Johana, quienes a pesar del miedo y la tensión que implicó su estancia, hoy buscan compartir su testimonio como una forma de concientizar sobre la realidad que millones enfrentan en otras partes del mundo, y también como una manera de invitar a la reflexión y a la gratitud por la paz que se vive en México.

Desde su llegada, la tensión era palpable. El sonido de las sirenas antiaéreas, los mensajes en los celulares alertando sobre ataques inminentes y la recomendación constante de buscar refugio, eran parte del día a día. Los bombardeos se escuchaban a lo lejos, como un eco constante que recordaba que la violencia estaba activa, aunque invisible. Afortunadamente, relatan, ningún misil impactó cerca del lugar en el que se encontraban, gracias a la avanzada tecnología de defensa de Israel, que intercepta la mayoría de los ataques antes de que toquen tierra.

Sin embargo, hubo un momento que marcó el punto más álgido de su experiencia: una notificación de "alerta máxima" en sus celulares. El mensaje era claro y urgente: debían refugiarse inmediatamente en un búnker. Así, junto a unas 40 personas de distintas partes del mundo, se resguardaron en un espacio reducido, con la incertidumbre de si saldrían con vida. En ese encierro forzoso, el tiempo parecía detenerse y la fe se convirtió en el único refugio real para todos los presentes. La solidaridad, el silencio y las oraciones fueron los únicos sonidos durante esas horas de tensión.

Salir de Israel no fue tarea fácil. Con el espacio aéreo cerrado y la posibilidad de un ataque en cualquier momento, decidieron tomar la riesgosa alternativa de cruzar la frontera por carretera hasta El Cairo, Egipto. Fueron horas de viaje con el corazón encogido, conscientes de que en caso de un nuevo bombardeo no habría búnker ni sirena que los protegiera. Pero el destino estuvo de su lado. Lograron cruzar sanos y salvos, abordar un vuelo a Madrid y finalmente regresar a México, donde hoy valoran como nunca el hecho de vivir en un país en paz.

El testimonio de Issac y Johana pone en perspectiva las comodidades y libertades que muchas veces se dan por sentadas. Poder salir a la calle sin miedo, asistir a una iglesia sin temor, dormir sin sobresaltos por sirenas o misiles, son realidades que no existen en todos los rincones del mundo. Lo que para unos es cotidiano, para otros es un lujo impensable.

Hoy, con el corazón aún marcado por lo vivido, este matrimonio comparte su experiencia como un llamado a la reflexión. No con el ánimo de generar temor, sino de fomentar la empatía, la paz y el agradecimiento. Entienden que haber vivido en carne propia un estado de guerra fue una experiencia transformadora, que los hizo más conscientes, más humanos, y más cercanos a las causas de quienes sufren en silencio.

"Cuando Dios te llama, te pone en lugares que jamás imaginaste para aprender, crecer y ser testigo de su protección", han dicho con emoción en diferentes espacios donde han compartido su historia. No hay día que no recuerden lo vivido, pero tampoco hay día que no agradezcan estar en casa, seguros, con la posibilidad de abrazar a los suyos.

Más allá de los detalles del conflicto entre Israel e Irán, su mensaje es claro: la paz es un bien invaluable. Y protegerla, valorarla y promoverla, es responsabilidad de todos. En un mundo donde el conflicto se ha vuelto moneda corriente, contar con un país en el que se puede vivir sin miedo es un privilegio, pero también una misión.

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