La forma en que sujetamos el teléfono y el tiempo que pasamos frente a su pantalla están obligando a varias partes de nuestro cuerpo a adaptarse, lo cual, a largo plazo, podría ocasionar problemas crónicos. Es importante reconocer cómo este hábito, que parece inofensivo, está afectando tanto nuestra salud física como mental.
Síndrome del túnel carpiano y tendinitis:
El uso constante de los dedos y muñecas para teclear o deslizar el pulgar puede inflamar tendones y nervios, causando dolor, entumecimiento y hormigueo en manos y dedos. Estudios muestran que estas afecciones han aumentado debido al uso intensivo de dispositivos móviles, afectando incluso a personas jóvenes.
"Pulgar de texto" o tendinitis de Quervain:
Esta inflamación de los tendones en la base del pulgar se produce por los movimientos repetidos al escribir mensajes o navegar. La constante flexión y extensión del pulgar puede provocar microlesiones que generan dolor agudo.
Fatiga visual digital o síndrome de visión de computadora:
La exposición prolongada a la luz azul de las pantallas disminuye el parpadeo, lo que provoca sequedad ocular, irritación, visión borrosa y cefaleas. Para aliviar estos síntomas, la Academia Americana de Oftalmología recomienda la regla 20-20-20: cada 20 minutos, mirar algo a 6 metros de distancia durante 20 segundos.
Miopía y progresión de errores refractivos:
Hay preocupación creciente sobre la relación entre el tiempo frente a pantallas y el aumento de casos de miopía, especialmente en niños y adolescentes. La visión cercana prolongada puede alargar el globo ocular, empeorando o provocando la miopía.
Problemas cervicales y "cuello de texto":
Mantener la cabeza inclinada hacia abajo para mirar el teléfono genera una presión significativa sobre la columna cervical, que puede causar dolor crónico en cuello y hombros, hernias discales y alteraciones en la curvatura natural de la columna. Se calcula que esta postura añade hasta 27 kg de presión extra en el cuello.
Trastornos del sueño:
La luz azul de las pantallas interfiere con la producción de melatonina, la hormona que regula el ciclo de sueño, dificultando conciliarlo y reduciendo su calidad. A largo plazo, esto afecta la salud general y el estado de ánimo.
Impacto en la concentración y la memoria:
La multitarea constante y las interrupciones por notificaciones fragmentan la atención, dificultando enfocarse en tareas prolongadas y afectando la retención de información. Algunos estudios sugieren que el uso excesivo de internet y smartphones podría reducir la materia gris cerebral.
Nomofobia (miedo a estar sin móvil):
Se refiere a la ansiedad o miedo irracional a no tener el teléfono o conexión. Este fenómeno, cada vez más común, puede generar estrés, pánico y dependencia emocional, afectando las relaciones sociales en el mundo real.
Ondas electromagnéticas y salud (según la OMS):
La Organización Mundial de la Salud clasifica los campos electromagnéticos de radiofrecuencia, como los de los teléfonos móviles, como posibles carcinógenos para humanos (Grupo 2B). Aunque la evidencia no es concluyente, se recomienda un uso moderado y evitar la exposición innecesaria, sobre todo en niños.