Un estudio reciente revela que uno de los medicamentos más efectivos para tratar la adicción a los opioides sigue siendo difícil de conseguir en las farmacias de EE. UU.
En 2023, apenas 2 de cada 5 farmacias minoristas ofrecían buprenorfina, según la investigación publicada el 2 de septiembre en Health Affairs. La disponibilidad era aún menor en vecindarios de población minoritaria. A pesar de los esfuerzos por aumentar el acceso, muchos pacientes carecen de una farmacia cercana que disponga del fármaco, señaló la investigadora principal Dima Mazen Qato, de la USC.
La buprenorfina actúa uniéndose a los receptores opioides, reduciendo los antojos y los síntomas de abstinencia. Aunque es un opioide, se clasifica como droga controlada de lista III. En 2023 se eliminaron las reglas que obligaban a los médicos a recibir capacitación especial y registrarse para poder recetar buprenorfina, buscando facilitar el acceso al tratamiento.
El análisis de reclamaciones de recetas entre 2017 y 2023 mostró que la disponibilidad pasó del 33 % al 39 % en todo EE. UU. Sin embargo, descendió significativamente en estados como Florida, Ohio, Tennessee, Washington y Virginia, así como en Washington D.C. Las farmacias en vecindarios negros (18 %) y latinos (17 %) tenían muchas menos probabilidades de vender buprenorfina que las de vecindarios blancos (46 %). En algunos estados como California, Illinois y Pensilvania, la diferencia llegó a ser de cuatro a cinco veces menor.
Aunque la presencia de buprenorfina era mayor en condados rurales y en áreas con altas tasas de muertes por sobredosis, en 73 condados rurales muy afectados menos del 25 % de las farmacias contaban con el fármaco, y 25 condados carecían por completo de farmacias.
Los investigadores apuntan a que las regulaciones para prevenir el abuso de opioides podrían estar desincentivando a las farmacias a vender buprenorfina. Temor al escrutinio de la DEA, preocupaciones sobre cumplir con la normativa y la posibilidad de conflictos legales llevan a que algunas farmacias retrasen envíos o rechacen dispensar el medicamento. La disponibilidad era mayor en estados con programas de monitoreo de medicamentos menos restrictivos.
Qato y sus colegas recomiendan que legisladores federales y estatales eliminen barreras que dificulten que las farmacias almacenen buprenorfina, especialmente en las comunidades más vulnerables. También sugieren que los gobiernos consideren exigir a las farmacias tener buprenorfina disponible, similar a cómo se regula el acceso a la naloxona, para evitar que las disparidades raciales y étnicas en el tratamiento de la adicción a opioides sigan aumentando, destacó la investigadora Jenny Guadamuz de la Universidad de California-Berkeley.