Trabajan salud y educación para promover hábitos saludables
Una ardua labor se realiza para apegarse a la normativa de vender alimentos saludables en las cooperativas de las escuelas

En el marco de las acciones del programa “Vida Saludable”, autoridades del sector salud han intensificado el llamado a las instituciones educativas para que adopten una oferta alimentaria responsable en sus cooperativas escolares, limitando la venta de productos con alto contenido calórico, grasas y azúcares, y favoreciendo alimentos nutritivos.
Este esfuerzo, impulsado desde la Jurisdicción Sanitaria, busca generar un cambio de hábitos alimenticios entre los estudiantes, y con ello reducir los preocupantes índices de obesidad infantil, una condición que continúa en aumento en la región y que representa un serio riesgo para la salud a mediano y largo plazo.
Priscila Hernández, directora del área de Promoción a la Salud, subrayó que el programa se encuentra en marcha y que cada vez más escuelas se suman de manera activa, aunque aún hay retos por superar.
“El objetivo es claro: disminuir la obesidad infantil y prevenir enfermedades como la diabetes, hipertensión y otros trastornos metabólicos. Pero para lograrlo se requiere la voluntad de todos, no sólo de las escuelas, sino también de los padres de familia y de quienes preparan y ofrecen los alimentos dentro de las cooperativas”, explicó la funcionaria.
Un problema que exige acción
De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud federal, 1 de cada 3 niños en México vive con sobrepeso u obesidad, y Coahuila no es la excepción. El entorno escolar, donde los menores pasan gran parte de su día, es uno de los espacios clave para influir positivamente en sus hábitos alimenticios.
El programa Vida Saludable no prohíbe tajantemente todos los productos, pero establece lineamientos para promover alimentos como frutas, verduras, aguas naturales, cereales integrales y productos bajos en azúcar, al mismo tiempo que desincentiva el consumo de refrescos, frituras y golosinas ultraprocesadas.
“Hemos detectado casos donde, pese a los lineamientos, todavía se ofrecen productos no recomendados. Por eso es tan importante el seguimiento, la supervisión y sobre todo la educación alimentaria, tanto a los niños como a quienes operan las cooperativas”, indicó Hernández.
Avances y metas del ciclo escolar
Actualmente, el personal de promoción a la salud realiza visitas constantes a las escuelas de nivel básico para supervisar el cumplimiento del programa, además de brindar orientación y capacitación a directivos y encargados de las cooperativas escolares.
La meta establecida por la Jurisdicción Sanitaria es que al finalizar el presente ciclo escolar, el 100% de las instituciones educativas de la región estén alineadas al programa y que en sus cooperativas solo se ofrezcan productos que cumplan con los criterios de salud.
“Vamos avanzando paso a paso. Cada vez más escuelas están haciendo el esfuerzo de transformar su menú. Sabemos que no es un cambio fácil, pero es absolutamente necesario por el bienestar de nuestros niños y niñas”, añadió la directora.
Participación de padres de familia: un eje indispensable
La autoridad sanitaria también hizo énfasis en el papel que juegan las madres y padres de familia en este proceso. Si bien la escuela puede influir, la alimentación que se da en casa y los hábitos familiares son determinantes.
Por ello, se han implementado talleres y charlas dirigidas a padres, donde se les orienta sobre la elaboración de loncheras saludables, el valor nutricional de ciertos alimentos, y los riesgos del consumo frecuente de productos ultraprocesados.
“No podemos pedirle a un niño que elija una manzana en la escuela si en casa está acostumbrado a desayunar refrescos o frituras. La salud se construye en conjunto, en casa y en la escuela”, puntualizó Hernández.
El impacto de una buena alimentación
Diversos estudios han demostrado que una alimentación saludable no sólo tiene beneficios físicos, sino también impacta en el rendimiento escolar, la concentración, la energía y el estado emocional de los alumnos.
Por esta razón, el programa Vida Saludable forma parte también de una estrategia educativa integral, que busca mejorar las condiciones de aprendizaje y el bienestar general del alumnado.
El llamado de la Jurisdicción Sanitaria es claro: cuidar lo que consumen los niños es invertir en su futuro. A través de la colaboración entre autoridades, escuelas, cooperativas y familias, se puede generar un entorno más saludable que fomente una mejor calidad de vida desde la infancia.
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