Trabajo infantil en vacaciones: práctica común con riesgos
Aumenta el trabajo infantil en vacaciones, con niños en cruceros y restaurantes. Pronnif pide ayuda para reportar y combatir esta práctica riesgosa.

FENÓMENO En temporada de verano aumenta la presencia de niños trabajando solos en cruceros vendiendo dulces por restaurantes, por ello la Pronnif solicita apoyo para reportar estos casos.
En las vacaciones de verano, es cada vez más común ver a niños y adolescentes trabajando en cruceros, limpiando parabrisas, ofreciendo frutas de temporada o vendiendo dulces en los restaurantes. Muchos padres los envían solos con la intención de que causen mayor empatía entre los adultos, quienes podrían darles una moneda o comprarles algo de lo que ofrecen.
Aunque esta estrategia pueda parecer una forma rápida de generar ingresos, especialistas advierten que no es la correcta. Los menores se ven expuestos en situaciones que pueden interferir en su seguridad, y siempre existen alternativas más seguras que garanticen su integridad.
Un caso reciente que encendió las alarmas.
El pasado miércoles, siete menores de edad fueron detenidos en Monclova mientras vendían tunas y limpiaban parabrisas en el cruce del bulevar Madero con Pape. Tras la intervención de las autoridades, fueron llevados a la comandancia y posteriormente canalizados a la Procuraduría de los Niños, las Niñas y la Familia (PRONNIF). Este hecho evidenció nuevamente que, aunque la intención de ayudar en la economía familiar pueda ser genuina, dejar a los menores solos en la vía pública representa un riesgo considerable.
La dificultad para intervenir en estos casos.
Martha Herrera, titular de la PRONNIF en la región centro, señaló que las intervenciones no siempre son sencillas. “Cuando elementos de Seguridad Pública se acercan, los menores suelen huir al ver la patrulla, lo que impide conocer su identidad, su domicilio o a sus padres. En muchos casos, la información que proporcionan no es real, lo que dificulta el seguimiento”, explicó. Ante esta situación, la dependencia hace un llamado a la ciudadanía para que, si conocen a un niño, niña o adolescente que trabaje pidiendo dinero o vendiendo en la vía pública, lo reporten con la mayor cantidad de datos posible. El reporte puede hacerse de forma completamente anónima.
Cómo actúa la PRONNIF ante un reporte.
Cuando la Procuraduría recibe información detallada de un caso, activa un protocolo que incluye investigación de campo y citatorio dirigido a los padres o tutores. “Solo así podemos evaluar las posibles vulneraciones y ofrecer alternativas de apoyo a la familia”, indicó Herrera. En algunos casos, si los menores están acompañados de un adulto, se realizan recomendaciones para evitar condiciones peligrosas como largas exposiciones al sol, riesgo por el tránsito vehicular o la permanencia en horarios nocturnos en restaurantes o calles.
Empatía sí, pero con responsabilidad.
Herrera reconoció que muchas familias enfrentan necesidades económicas y no quieren dejar a sus hijos solos en casa, pero enfatizó que no se debe recurrir al trabajo infantil como recurso fácil. “Entendemos que a veces es complicado, pero hay que buscar la forma de que los menores estén lo más protegidos posible. No se trata de que los padres no trabajen, sino de que no manden a los niños solos. El efecto de lástima puede generar más dinero que si lo hace un adulto, pero no vale el riesgo”, afirmó.
El trabajo infantil en restaurantes.
También se han detectado casos de menores trabajando en restaurantes por las noches, ya sea vendiendo flores, dulces o pidiendo dinero a los comensales. En estos casos, se envía una unidad para invitar a los padres o responsables a retirar a los menores y evitar que continúen con esa actividad. Herrera subrayó que, aunque la intención de los niños sea ayudar a su familia, esta ayuda no debe poner en peligro su seguridad ni su bienestar físico.
La importancia del reporte ciudadano.
La funcionaria insistió en que el éxito de las intervenciones depende en gran parte de la colaboración de la comunidad. “Si nos dan datos precisos, podemos llegar a la casa del menor, citar a los padres y evaluar la situación real. Sin información, es prácticamente imposible hacer un protocolo eficaz y eficiente”, explicó.
Riesgos.
Trabajar en la vía pública implica que los niños estén expuestos a accidentes de tránsito, golpes de calor, deshidratación, contacto con desconocidos y, en casos extremos, a situaciones de explotación o abuso. Además, se interrumpe su derecho al descanso y a un sano esparcimiento durante el periodo vacacional.
Especialistas advierten que, aunque el trabajo infantil no siempre es forzado, puede normalizar prácticas peligrosas y perpetuar ciclos de vulnerabilidad en las familias.
Alternativas seguras para las familias.
La PRONNIF recomienda que, en caso de que los padres no puedan dejar solos a sus hijos, se busquen opciones como talleres, actividades comunitarias, programas de verano o el acompañamiento de un familiar adulto durante las labores que se realicen.
“Es mejor que, si el niño quiere aprender a vender o ayudar, lo haga junto a un adulto responsable y en un entorno seguro. Así evitamos riesgos y enseñamos valores como la responsabilidad y la colaboración”, puntualizó Herrera.
La lucha contra el trabajo infantil no recae únicamente en las autoridades; requiere de la conciencia y el compromiso de toda la comunidad. En temporada de vacaciones, cuando la presencia de menores en actividades laborales aumenta, es fundamental reforzar la cultura de la protección infantil y ofrecer alternativas reales que no comprometan su seguridad.
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