Tradición del Niño Dios impulsa ventas decembrinas en Monclova
Familias monclovenses mantienen viva la costumbre de vestir al Niño Dios en diciembre.
La llegada de diciembre reactivó la compra de esculturas y vestimenta del Niño Dios en la zona centro de Monclova, donde la tradición católica de “acostar” y vestir al Niño continúa vigente.
Héctor González Treviño, propietario del local Angelito Adornos, confirmó que este año la demanda comenzó desde finales de noviembre y anticipa un aumento durante la segunda semana de diciembre.
Tradición que se mantiene viva
González Treviño explicó que los clientes buscan tanto imágenes nuevas del Niño Dios como accesorios para renovar los nacimientos familiares. Señaló que la costumbre de “levantar” al Niño en febrero y “acostarlo” en Navidad sigue fuertemente arraigada en las familias monclovenses, lo que cada año garantiza una temporada alta de ventas.
Familias dispuestas a gastar por la tradición
El comerciante detalló que las figuras del Niño Dios varían según su tamaño. Los modelos más pequeños, de 10 centímetros, comienzan en 100 pesos, mientras que las piezas más grandes, de 70 a 80 centímetros, alcanzan precios más elevados por ser de tamaño casi real.
A la par de las figuras, la ropa para el Niño Dios es uno de los artículos más buscados en la temporada. Según González Treviño, la vestimenta especial —incluidos atuendos de ángel, médico, Sagrado Corazón o guardián— se encuentra entre 110 y 490 pesos, dependiendo del diseño y los materiales.
El propietario agregó que los ropones clásicos, considerados indispensables para quienes mantienen la tradición más conservadora, también tienen alta demanda. Estos comienzan en 60 pesos, con opciones de 100, 150 y precios mayores conforme aumentan la calidad de la tela y el bordado.
Expectativas para el resto de la temporada
González Treviño afirmó que, aunque ya se observan buenas ventas, lo fuerte comenzará entre el 10 y 20 de diciembre, cuando las familias preparan el acomodo del nacimiento y la ceremonia de acostar al Niño Dios. “Cada año llegan clientes nuevos y otros que vienen a renovar la ropa o comprar otro Niño. La tradición sigue firme”, comentó.
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