Trastorno bipolar: síntomas, tipos clínicos y cómo identificar

El trastorno bipolar es una condición mental de carácter crónico que se manifiesta mediante cambios extremos en el estado de ánimo, alternando entre fases de manía y depresión. Reconocer sus síntomas y conocer sus diferentes manifestaciones clínicas es esencial para su adecuado manejo.
Este trastorno afecta notablemente el estado emocional, los niveles de energía y la capacidad funcional en la vida diaria. Las personas que lo padecen experimentan episodios de euforia (manía o hipomanía) y de profunda tristeza (depresión), lo cual impacta en sus relaciones personales, desempeño laboral y vida familiar.
Durante las fases maníacas, pueden aparecer comportamientos impulsivos, aceleración del pensamiento y disminución del sueño. Por el contrario, los episodios depresivos suelen traer consigo sentimientos de vacío, agotamiento, retraimiento social e incluso pensamientos suicidas. Estas alteraciones no deben confundirse con fluctuaciones emocionales normales y requieren atención médica especializada.
Manifestaciones del trastorno bipolar
Los síntomas varían según el tipo de episodio que experimente la persona. En los periodos de manía, es común observar:
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Estado de ánimo exageradamente elevado o irritable
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Aumento de la energía física y mental
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Poca necesidad de dormir
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Verborrea e ideas desorganizadas
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Problemas para enfocarse
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Comportamientos impulsivos o peligrosos, como compras desmedidas o decisiones apresuradas
Durante los episodios depresivos, los signos incluyen:
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Tristeza constante o vacío emocional
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Cansancio continuo
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Alteraciones en el apetito y el sueño
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Pérdida de interés por las actividades diarias
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Dificultad para pensar o decidir
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Pensamientos sobre la muerte o el suicidio
En algunas ocasiones, pueden presentarse síntomas maníacos y depresivos al mismo tiempo; a esto se le conoce como episodio mixto. Detectarlos a tiempo es vital para buscar ayuda profesional.
Clasificación del trastorno bipolar
Según el DSM-5, se reconocen tres formas principales de esta afección:
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Trastorno Bipolar I: Se caracteriza por episodios maníacos intensos que pueden requerir hospitalización, y suelen durar al menos una semana. Frecuentemente se acompañan de fases depresivas.
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Trastorno Bipolar II: Incluye al menos un episodio de hipomanía (manía menos grave) y uno o más episodios de depresión mayor. Aunque la hipomanía es menos severa, también puede afectar el funcionamiento diario.
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Trastorno ciclotímico (ciclotimia): Se trata de cambios constantes en el ánimo durante un mínimo de dos años (uno en menores de edad), con síntomas leves de hipomanía y depresión que no alcanzan el umbral para un diagnóstico formal.
Determinar con precisión el tipo de trastorno es fundamental para establecer el tratamiento más adecuado.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico lo realiza un especialista en salud mental, generalmente un psiquiatra, a través de una evaluación clínica exhaustiva. Esta incluye entrevistas, revisión del historial médico, cuestionarios especializados y la exclusión de otras causas médicas o del uso de sustancias.
Factores como la duración, severidad y frecuencia de los episodios, así como los antecedentes familiares, son esenciales para confirmar el diagnóstico.
Tratamiento del trastorno bipolar
Aunque no tiene cura, el trastorno bipolar puede mantenerse bajo control con un enfoque terapéutico completo, que generalmente incluye:
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Medicación estabilizadora del estado de ánimo (como el litio), antipsicóticos y, en ciertos casos, antidepresivos, siempre bajo supervisión médica.
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Psicoterapia, especialmente la terapia cognitivo-conductual y la psicoeducación, que ayudan al paciente a identificar señales tempranas y evitar recaídas.
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Apoyo del entorno familiar y social, además de hábitos saludables como mantener rutinas regulares, evitar sustancias psicoactivas y reducir el estrés.
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