Trevor Lawrence finalmente luce como un quarterback generacional y tiene a los Jaguars en ascenso

Trevor Lawrence giró y se movió hacia su costado izquierdo para evadir la presión, alineó los hombros lo mejor que pudo ante un defensivo que lo encaraba y lanzó el balón unas 50 yardas hacia la banda. Más que un pase planeado, parecía simplemente un intento por deshacerse del ovoide.

Sin embargo, el envío fue milimétrico y terminó en las manos de Parker Washington, quien corría a máxima velocidad por el campo. Lawrence sonrió, encogió los hombros y miró hacia la banca de Jacksonville, consciente de que por segunda semana consecutiva había transformado una jugada rota en una ganancia espectacular. No había mucho más que explicar mientras firmaba la mejor actuación de sus cinco años en la NFL ante los New York Jets.

El quarterback cerró el partido con 330 yardas por aire, cinco pases de anotación y un rating de 136.7, el más alto de su carrera. Además, sumó 51 yardas por tierra y un touchdown. Tres días después, fue reconocido como Jugador Ofensivo de la Semana en la Conferencia Americana.

Lawrence también tiene posibilidades de ser nombrado Jugador del Mes de la AFC en diciembre, sobre todo si mantiene el nivel este domingo, cuando los sorprendentes Jaguars (10-4) visiten a la sólida defensiva de Denver (12-2).

“Siento que estoy leyendo muy bien el juego”, comentó Lawrence. “Creo que estoy lanzando con precisión. A nivel ofensivo, esto no se trata de un solo jugador. Como unidad, estamos muy sincronizados, especialmente en el juego aéreo y en la protección”.

Añadió que la confianza es alta dentro del grupo y que el equipo ha encontrado ritmo en las últimas semanas, algo que se refleja en el desempeño.

El mariscal ha superado las 225 yardas y lanzado al menos dos touchdowns en cuatro partidos consecutivos. Además, no ha cometido pérdidas de balón en sus últimos tres encuentros, su mejor racha sin errores desde que Jacksonville lo seleccionó como la primera elección global en 2021.

Detrás de este crecimiento hay varios factores, empezando por el entrenador Liam Coen. La conexión entre el encargado de mandar las jugadas y Lawrence ha generado una estabilidad que el quarterback no había tenido ni en su año de novato con Urban Meyer, ni durante las tres temporadas bajo Doug Pederson, periodo marcado por constantes cambios en el cuerpo técnico ofensivo.

Dentro de la organización, Coen ha sido muy valorado por su capacidad de comunicación y su flexibilidad, reflejada en decisiones como adquirir receptores confiables como Jakobi Meyers y Tim Patrick, colocar al suplente Cole Van Lanen como tackle izquierdo titular y mantener un ataque terrestre sólido para proteger a Lawrence.

“Al construir un equipo, lo importante es poner a los mejores once en el campo”, explicó Coen. “El éxito individual importa, pero siempre debe estar al servicio del grupo. Todo comienza con poner al equipo por encima de todo y darnos la mejor oportunidad de ganar cada domingo”.

Los Jaguars han ganado cinco partidos consecutivos y seis de los últimos siete desde su semana de descanso. La única derrota en ese lapso fue una de las caídas más dolorosas en la historia de la franquicia. Durante la racha ganadora, el equipo promedia 34.2 puntos por encuentro.

Gran parte del mérito recae en Lawrence, quien finalmente luce como el quarterback generacional que Jacksonville esperaba conseguir hace casi cinco años. Sus errores han disminuido notablemente y su aporte con las piernas ha sido clave: ya suma 20 touchdowns terrestres, quinto lugar histórico del equipo, seis de ellos en esta temporada, la cifra más alta de su carrera. Además, ocupa el tercer puesto en la historia de la franquicia con 92 pases de anotación en 74 partidos como titular.

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