Un día en la vida de una educadora dedicada y comprometida

Educadora de preescolar Jessica Fabiola Reyes Morales con 3 años de servicio, abre las puertas de su aula con la convicción de que enseñar no es compartir conocimientos, sino también emociones, valores y sueños. 

El 15 de mayo, Día del Maestro en México, es una fecha que invita a reflexionar sobre la noble labor de quienes dedicamos nuestra vida a la enseñanza. Como educadora con tres años de servicio, cada jornada en el aula es una oportunidad para formar, inspirar y aprender junto a mis estudiantes.

Mi día comienza al recibir a los niños en el aula. El saludo es fundamental; no solo es una cortesía, sino una manera de establecer una conexión emocional. Pregunto: "¿Cómo amanecieron?", "¿Qué emoción sienten hoy?", "¿Durmieron bien?". Estas preguntas abren un espacio para que los niños expresen sus sentimientos, promoviendo la educación emocional desde temprana edad.

El pase de lista no es solo un trámite administrativo; es una forma de reconocer a cada alumno y asegurar su presencia física y emocional. Posteriormente, realizamos una pequeña rutina de movimiento, que no solo activa nuestros cuerpos, sino que también prepara nuestras mentes para el aprendizaje.

Como docentes, buscamos promover el desarrollo integral de los estudiantes, formando individuos creativos, críticos, reflexivos y con una sólida conciencia social y ambiental. El proceso de aprendizaje es un viaje compartido entre el docente y el alumno, donde ambos crecen y se enriquecen mutuamente.

Cada día trae consigo satisfacciones: el brillo en los ojos de un niño al comprender un concepto, el progreso en su desarrollo emocional y cognitivo. Sin embargo, también enfrentamos desafíos. Es esencial estar dispuestos a aprender nuevas estrategias pedagógicas, reflexionar sobre nuestra práctica y fomentar un ambiente de confianza y diálogo dentro de la comunidad educativa.

La creatividad y la adaptación son fundamentales en el aula. Implementar actividades innovadoras y utilizar herramientas tecnológicas de manera educativa enriquece el proceso de enseñanza-aprendizaje. Como docente joven, he sido testigo de cómo la tecnología puede transformar la educación, haciendo las clases más dinámicas y atractivas para los estudiantes.

El Día del Maestro es una oportunidad para celebrar nuestra labor, reconocer nuestra dedicación y compromiso. Nuestro trabajo no termina en el aula; también colaboramos con padres de familia, guiamos a los estudiantes en su desarrollo integral y nos esforzamos por brindar lo mejor de nosotros cada día. Como bien se dice: "Un maestro es un constructor de sueños y un arquitecto del futuro."

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