Un trámite entre protestas

Hubo tensión en el ambiente. En las semanas previas, la policía de West Midlands decidió vetar el acceso de los aficionados del Maccabi Tel Aviv por cuestiones de seguridad. A pesar de las críticas del primer ministro Starmer y de otros políticos, la medida se mantuvo.

Horas antes del partido, unas 200 personas participaron en una manifestación pro-palestina, a la que se sumó una contraprotesta más pequeña. Para garantizar el orden, se desplegaron 700 agentes y se registraron seis detenciones antes del inicio del encuentro. Una vez el balón comenzó a rodar, todas las miradas se enfocaron en el partido.

Sobre el campo no hubo discusión. El Aston Villa venció sin dificultades al conjunto israelí, dejando atrás la derrota sufrida ante el Go Ahead Eagles en la jornada anterior de la Europa League. Los dirigidos por Emery escalaron a los primeros ocho puestos gracias a los tantos de Maatsen y Malen, uno en cada mitad. El cuadro de Birmingham empezó sin mucha chispa, le costó tomar ritmo e incluso el Maccabi estuvo cerca de abrir el marcador, pero Martínez evitó el gol tras un disparo de Peretz. Justo después llegó el primer tanto: Sancho y Rogers se asociaron por la izquierda hasta que Rogers asistió a Maatsen, quien superó a Mishpati con un remate preciso desde un ángulo complicado.

Cerca de cumplirse la hora de juego, Madmon derribó a Konsa dentro del área. El contacto fue leve, pero suficiente para que el árbitro señalara penalti. Malen cobró con colocación, lejos del alcance de Mishpati, ampliando la ventaja a 2-0. A partir de ese momento, el encuentro quedó prácticamente sentenciado. El Maccabi Tel Aviv nunca mostró intención real de volver a competir, y los de Emery manejaron el balón sin apuros hasta que el árbitro marcó el final.

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