Una prueba experimental puede anticipar el riesgo de aborto espontáneo en una mujer al identificar problemas en el revestimiento del útero que se presentan antes del embarazo.
En ciertas mujeres, un proceso biológico crucial para preparar el endometrio para la gestación no avanza correctamente, incrementando así la probabilidad de aborto espontáneo, según reportan los investigadores en la revista Science Advances.
Además, un aborto espontáneo previo eleva considerablemente las probabilidades de que el revestimiento uterino reaccione de forma anómala en ciclos menstruales posteriores, lo que explica por qué algunas mujeres sufren abortos espontáneos recurrentes.
A partir de estos descubrimientos, los científicos desarrollaron y pusieron en marcha una prueba diagnóstica que mide el riesgo de aborto espontáneo en una mujer.
“Este avance permite identificar abortos espontáneos que podrían prevenirse”, afirmó la investigadora principal, Dra. Joanne Muter, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Warwick, Reino Unido.
“A muchas mujeres se les dice que solo tuvieron ‘mala suerte’, pero nuestros hallazgos indican que el útero podría estar creando las condiciones para la pérdida del embarazo incluso antes de la concepción”, agregó Muter.
Un ejemplo es Holly Milikouris, quien después de haber sufrido cinco abortos espontáneos, tuvo dos hijos sanos tras realizarse la nueva prueba. Esta mostró que su útero no se había preparado adecuadamente para el embarazo, afectando el desarrollo embrionario. Luego de un tratamiento específico, Holly y su esposo Chris ahora son padres de George, de 3 años, y Heidi, de 17 meses.
“Todos mis abortos fueron ‘silenciosos’, sin síntomas que nos alertaran del problema”, comentó Milikouris, funcionaria de Cheshire. “Nos dimos cuenta cuando me hice una tomografía y temí que me realizaran más exploraciones”.
Ella relató que junto con su esposo se sentían desorientados y empezaban a aceptar que tal vez nunca lograrían llevar un embarazo a término.
“Los tratamientos habituales para abortos espontáneos no funcionaron con nosotras, y cada intento se sentía como lanzar un dado con la vida del bebé”, dijo.
“Tener la oportunidad de participar en este estudio fue un cambio radical para mí. Por primera vez, los resultados de mi biopsia fueron normales y logramos no uno, sino dos embarazos exitosos”, expresó.
La investigación se enfoca en la “reacción decidual”, un proceso que convierte el revestimiento uterino en un tejido capaz de sostener la implantación del embrión durante la concepción.
Cuando esta reacción decidual no se desarrolla bien o se altera, el ambiente uterino se vuelve inestable. Aunque los embriones pueden implantarse, aumenta el riesgo de sangrado y pérdida temprana del embarazo, indicaron los investigadores.
En el estudio se examinaron 1,500 biopsias de más de 1,300 mujeres para evaluar cómo se desarrollaba la reacción decidual en sus ciclos menstruales.
Una reacción decidual deficiente redujo entre un 48 y 58 % la probabilidad de que el embarazo culminara en un nacimiento vivo.
Asimismo, la aparición de reacciones deciduales anormales no es aleatoria. Este problema tiende a repetirse en los ciclos menstruales de ciertas mujeres a una frecuencia mucho mayor a la esperada por azar, lo que sugiere una causa persistente y potencialmente evitable de aborto espontáneo.
También se observó que las mujeres con antecedentes de aborto espontáneo tenían mayor tendencia a presentar reacciones deciduales anormales en ciclos futuros.
“Este estudio demuestra que cada aborto espontáneo aumenta el riesgo de implantación en un revestimiento uterino anormal, sin importar la edad”, comentó el investigador senior, Jan Brosens, profesor de obstetricia y ginecología en la Universidad de Warwick.
Brosens agregó que los errores cromosómicos en los embriones también contribuyen al riesgo de aborto espontáneo.
“Por lo tanto, la frecuencia con que ocurren dos eventos —embrión anormal o reacción decidual anormal— a lo largo de cientos de ciclos menstruales determina la probabilidad individual de aborto espontáneo”, explicó. “Lo importante es que ahora contamos con herramientas para detectar abortos espontáneos prevenibles y para evaluar tratamientos que mejoren el revestimiento uterino antes del embarazo”.
Actualmente se está evaluando una prueba diagnóstica basada en esta investigación, la cual ya ha sido utilizada en más de 1,000 pacientes, señalaron los investigadores.
“Creo que esta investigación y tratamiento ayudarán a muchas mujeres”, dijo el Dr. Tajinin Islam, psiquiatra de Chester, quien se sometió a la nueva prueba tras varios embarazos fallidos.
Islam ahora es padre de Mivaan, un niño sano de 16 meses que considera una “bendición”.
“Tengo más de 40 años y si yo pude tener un hijo, otras mujeres con mi condición también pueden descubrir la causa de sus abortos espontáneos y lograr tener un bebé”, concluyó Islam.