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El Minutero

Cronos / El Tiempo de Monclova
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Turbulencias

Bien dicen que la ausencia del jefe motiva… a no hacer nada, y el viernes pasado, en el arranque de operaciones de Viva Aerobus en el Aeropuerto Plan de Guadalupe, la frase se ganó sus alas doradas. Ni empresarios, ni líderes de cámaras, ni representantes de la OCV se asomaron; parece que todos tomaron otro vuelo… directo al fin de semana. Tampoco llegó el alcalde de Ramos Arizpe, aunque el evento era literalmente en su pista.El único que aterrizó con entusiasmo fue el industrial hotelero Héctor Horacio Dávila, “porque si no lo invitan, como quiera va”. Dicen que la terquedad también acumula millas. Ahí estaban Blas Flores, María Bárbara Cepeda, Luis Olivares y Ana Cristina Amezcua, al pie del avión, cumpliendo con el protocolo en pleno viernes por la tarde, con Halloween encima y día de pago incluido.Mientras tanto, en la planta de General Motors, los rumores vuelan más rápido que un Airbus: se comenta que podría haber paro todos los viernes de noviembre, por falta de ventas o exceso de producción; de ser cierto, muchos bolsillos sentirán turbulencia.

Festejo y caos en Monclova

Miles de familias abarrotaron los camposantos públicos y privados, como si la tradición de visitar a los muertos se hubiera vuelto un deporte extremo. Arreglar tumbas, cantar, comer y alumbrar se convirtió en una coreografía caótica donde todo tenía fila: para entrar, para ir al sanitario, para llenar las tinas de agua. Las autoridades municipales, policías, Protección Civil y los piperos parecían actores de una obra improvisada, y solo después de horas lograron reponer el agua en el panteón Sagrado Corazón. “Salvo la caída de una persona que tropezó en una tumba, el saldo fue blanco”, relató el encargado, como si eso lo resolviera todo.Mientras tanto, los ciudadanos reclaman por el zoológico y el Ecoparque, cerrados bajo el eterno pretexto de remodelación que nunca termina. La petición es simple: abrirlos ya. Al parecer, aún no se ha asignado el presupuesto para ello, así que comentan que, mientras eso sucede, ¡que lo abran! ¡Que lo abran!

Sabinas en alerta

El reciente fallecimiento de un niño de 11 años por rickettsia encendió las alarmas en la región carbonífera. Quien reaccionó de inmediato fue el alcalde de Sabinas, que ordenó brigadas de limpieza, fumigación y control sanitario en diversos sectores del municipio para prevenir más contagios.En contraste, el director de la Jurisdicción Sanitaria No. 3, Carlos Jiménez, ha sido duramente criticado por minimizar el caso y mantener un silencio que muchos interpretan como indiferencia. Mientras la población exige información y acciones concretas, él parece estar más enfocado en promover su imagen política, pues se comenta, nadie le quita de la cabeza su deseo de sentarse en la silla presidencial del municipio.Entre pasillos se dice que el cargo le quedó grande y que su falta de liderazgo quedó expuesta en medio de esta emergencia. Los ciudadanos piden respuestas, no excusas, porque en Sabinas las garrapatas no esperan… y la gente ya perdió la paciencia.

Espejos y crisis en Piedras Negras

Esta semana, mientras en la planta resortes de Rassini los obreros cerraban su jornada con más cajas que esperanzas, el ayuntamiento celebraba su nuevo logro: una brillante “línea médica” que, curiosamente, sana solo a un pequeño sector… el que puede pagarla.El comercio local sigue tambaleándose por la falta de turismo y los recientes enfrentamientos, pero, eso sí, las clínicas estéticas no se quejan: el bótox nunca entra en crisis. En la sesión de cabildo, los regidores mostraron su mejor habilidad política: asentir sin saber de qué se trata. Total, ¿para qué opinar si igual nadie los escucha?El gobierno municipal asegura que todo es por el bien de la ciudad, aunque parece que ese “bien” se aplica solo con cita previa. Mientras unos pierden su empleo, otros ganan una nueva cara. Al final, en esta administración, el único cambio visible… es el del espejo.

¡A la fosa!

Parece que el Día de Muertos en Torreón vino con un toque de comedia negra cortesía de Servicios Públicos. Hace apenas unos días, se lucían anunciando con bombo y platillo que habían tapado miles de fosas en los panteones para evitar los "accidentes graves" y garantizar que las familias se sintieran "seguras". Pues bien, la primera accidentada... ¡fue una agente de policía en pleno rondín de vigilancia en el Panteón 1! Cayó a dos metros y se llevó un esguince. Que se recupere pronto, pero la ironía es de ultratumba: ni la vigilancia, ni la promesa de seguridad, ni las cientos de tapas evitaron que la uniformada cayera en el agujero del olvido. Si así está la seguridad para quien la vigila, imaginemos la del ciudadano de a pie. Tal vez debieron empezar tapando la fosa cero, la que no vieron venir. ¡Qué manera de honrar a los difuntos... con un tropezón épico!.

 “Cucarachas hay en todas partes, jefe”.

En una ciudad donde las autoridades repiten como mantra que “la salud es prioridad”, y donde difícilmente 30 inspectores podrán examinar 17 mil establecimientos fijos de comida, la realidad parece contradecir cada palabra. Inspectores municipales, encargados de verificar el cumplimiento de las reglas de seguridad e higiene en negocios de comida y golosinas, están conscientes que con la llegada de la temporada decembrina crecerá la actividad en esos establecimientos y también la labor de verificación deberá ser más intensa, sin embargo, los resultados difícilmente serán efectivos, si la misma autoridad impide el trabajo de regulación adecuado. Representantes del sector Salud, relacionados con Salud Municipal dirigido por José Manuel Riveroll Duarte, tienen pleno conocimiento que, para algunas dulcerías, la llegada de la Navidad, es una buena oportunidad para sacar la mercancía caducada y con ella preparar los bolos, sobre todo con frituras “rancias”, como dice la gente. “Es una práctica de cada año y resulta muy atractiva: para el consumidor por lo barato de la bolsa con dulces y duritos, y para el propietario del negocio, porque le permite vender lo que ya no sirve”. Lo delicado del asunto, es que, si los inspectores no le entran al “arreglo inmediato”, en el lugar con el llamado “moche”, basta una llamada del influyente al funcionario protector para saltar la inspección que pasará a convertirse en una simulación, como ocurrió en una lonchería reconocida de Torreón inspectores detectaron la llamada fauna nociva. Al enterar al dueño del establecimiento, éste, tras el intento de soborno, expresó: “Mi jefe, cucarachas hay en todas partes”. El problema no es solo de higiene, sino de ética. La corrupción institucionalizada convierte la salud de la población en moneda de cambio. Cada soborno aceptado, cada omisión permitida, se traduce en un riesgo para cientos de familias que consumen alimentos en condiciones insalubres. Y mientras tanto, el gobierno local continúa repitiendo su discurso de prioridades desde oficinas con aire acondicionado, muy lejos del olor a aceite rancio y del zumbido de las cucarachas en los mostradores.

Columna: “Incluso en la tumba”

En su audiencia del 17 de septiembre, el Papa León dijo: “Incluso en la tumba, Dios prepara la gran sorpresa”. La gran sorpresa de la resurrección de los muertos, la gran sorpresa que llevó Javier Cercas a aceptar la invitación del Papa Francisco a acompañarlo hasta -- leer más

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