El organismo clave para evitar aranceles de Trump y ruptura del TMEC
Mario MaldonadoLa Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) pasó de ser un ente técnico de bajo perfil a convertirse en una de las piezas más estratégicas del gobierno de Claudia Sheinbaum para evitar los aranceles de Estados Unidos y la ruptura del TMEC, con la que ha coqueteado más de una vez Donald Trump.
En su último reporte, la Oficina del Representante Comercial de los Estados Unidos (USTR) acusó a México de mantener barreras no arancelarias que afectan directamente a sus exportaciones de medicamentos, dispositivos médicos y hasta pesticidas. El ejemplo más citado fue el de los retrasos de 18 a 24 meses para aprobar productos que ya cuentan con autorización de la FDA. Traducido al lenguaje de la Casa Blanca y de los cabilderos de las llamadas Big Pharma, esto quiere decir que cada mes de demora equivale a millones de dólares perdidos en ventas y menor competitividad frente a Europa o Asia.
Hace un par de semanas, Trump advirtió que si México quiere evitar aranceles del 30% a una larga lista de productos, debe limpiar y agilizar sus procesos regulatorios. Casi fue un llamado directo para la Cofepris.
Por las manos de este organismo pasa buena parte de la economía mexicana. Se estima que regula actividades e industrias que representan alrededor del 12% del PIB nacional, desde farmacéuticas y dispositivos médicos, hasta alimentos, bebidas y cosméticos.
¿De cuánto negocio estamos hablando? En 2024 México exportó a Estados Unidos poco más de mil millones de dólares en medicamentos (88% más que en 2019) y cerca de 13.5 mil millones en dispositivos médicos.
En julio pasado, el gobierno mexicano implementó la llamada “vía abreviada”, un mecanismo de reconocimiento mutuo con agencias internacionales y la OMS que permitirá autorizar en tiempo récord medicamentos innovadores, genéricos, biotecnológicos, vacunas y dispositivos médicos.
Y si bien originalmente este mecanismo estaba pensado para importaciones, el beneficio ahora es recíproco, porque agiliza el abasto nacional y blinda cadenas de suministro que ya sufrieron rupturas durante la pandemia. En la lista de empresas potencialmente beneficiadas suenan nombres como Pfizer, Johnson & Johnson, Abbott, Medtronic y 3M Healthcare.
Para entender el nivel del reto hay que revisar la anatomía de la Cofepris en la época reciente. En el sexenio de López Obrador tuvo dos titulares: José Alonso Novelo (2018-2021), quien mantuvo un perfil discreto, y Alejandro Svarch (2021-2024). Este último llegó a hacerle “cirugía mayor”. Durante su gestión desmanteló una red interna que cobraba favores regulatorios y removió a 32 funcionarios, firmó convenios anticorrupción con la Marina y liberó más de 110 millones de dosis de vacunas contra COVID-19. También digitalizó procesos y metió a México al ICH, el club de estándares internacionales más influyente en regulación farmacéutica.
Con la llegada de Claudia Sheinbaum, el relevo fue para Armida Zúñiga Estrada, que ha mantenido la línea técnica sin protagonismo mediático. A su lado, en la Comisión de Control Analítico, está Imelda Rocío Guzmán Cervantes, quien se dice logró que el laboratorio de la Cofepris obtuviera la precalificación de la OMS para análisis de medicamentos, un sello de confianza internacional.
Los datos más recientes arrojan que en 2024 la Cofepris autorizó 286 medicamentos y 3 mil 52 dispositivos médicos, mientras que de enero a mayo de 2025 fueron 28 medicamentos y 249 dispositivos. Con la “vía abreviada”, ese volumen podría duplicarse.
Lo deseable es que la Cofepris pase de ser un cuello de botella que molestaba a Estados Unidos y a laboratorios, empresas de alimentos, bebidas y cosméticos en México, a un activo estratégico que puede salvar al país de una nueva dosis de aranceles por parte de Estados Unidos.
Tal parece que la presión externa servirá para consolidar un regulador más ágil, transparente y técnico, aunque también existe el riesgo de que se convierta en una dependencia regulatoria de agencias extranjeras y que esto favorezca a las multinacionales sobre los laboratorios mexicanos.
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